En una zona de difícil
acceso, en la cima de una pared de roca de
más de 40 metros de altura. Asustada
y e inmóvil, así
permaneció durante toda la noche del
lunes una perra en el monte de O Carrio.
Una jornada de caza en esta zona la
llevó a seguir el rastro por entre los
matorrales y no percatarse de donde se
adentraba, hasta que no pudo seguir adelante
y tampoco fue capaz de dar media vuelta y
regresar.
Su dueño, un cazador de la
parroquia cruceña de Cumeiro,
localizó la zona en la que se
encontraba, pero ante la imposibilidad de
rescatarla alertó a los servicios de
Emerxencias de Lalín para que le
ayudasen a recuperar el animal. Un equipo de
tres operarios, formado por Víctor
Blanco, Santiago Vilariño y Francisco
Gutiérrez se encargaron de rescatar al
can ayer por la mañana.
La operación de salvamento
resultó laboriosa y se prolongó
durante más de tres horas. En un
principio se plantearon acceder al lugar desde
la parte baja, pero desecharon la idea y
finalmente realizaron un descenso hasta los
matorrales donde se escondía el can.
En una pared de roca y con una charca de agua
en el fondo, la perra «saltó a los brazos
para que la sacáramos de allí»
apuntan.