Las últimas jornadas de
la temporada de caza se están
caracterizando por las favorables condiciones
climatológicas. Tan sólo las
nieblas, especialmente en Tierra de Campos y
el Páramo, han impedido la actividad
cinegética, bien durante toda la jornada
o parte de ella, ya que a veces se levantan a
media mañana.
El pasado año, en la recta final, (la
temporada finaliza el 31 de enero) y a causa
de la cantidad de agua caída en forma
de lluvia, los aficionados apenas pudieron pisar
el campo sin atollarse del todo en el barro y
de ello se beneficiaron las perdices. Esta
temporada, sin embargo, los campos
están bastante secos y puede
caminarse incluso por los sembrados.
Todavía, a estas alturas, es frecuente
toparse con bandos de perdiz, si bien bastante
menguados.
A partir de ahora la actividad
cinegética se centrará en la
caza del jabalí, especialmente en las
zonas de montaña ya que la cosecha del
maíz está muy avanzada. La
pieza cinegética que sigue dando
grandes satisfacciones a los cazadores es el
conejo de monte, allí donde los hay.
También se están cazando
zorros y córvidos que, pese a los
descastes, siguen siendo muy abundantes. Este
año no se ha esperado al final de la
temporada de caza menor para solicitar los
permisos destinados al descaste de zorros y
otros depredadores como córvidos y
urracas. El problema con que pueden
encontrarse los cazadores en las batidas de
zorros es que ya se ha recogido el maíz
y están muy diseminados.
También resulta importante el control
de córvidos y urracas que causan
importantes daños en la
nidificación de otras especies
cinegéticas. La época
más adecuada para efectuar estos
controles será a finales del invierno y
comienzo de la primavera, cuando estos
depredadores alados han comenzado su ciclo
reproductivo.
El tiempo anticiclónico y la
ausencia de nevadas está propiciando
la proliferación de topillos, si bien en
menor cantidad que hace años cuando
se envenenaron los campos con el consiguiente
desastre para las perdices y, especialmente,
para la liebre que este año, por cierto,
parece muy recuperada.
El jabalí, en el monte
La avanzada cosecha del maíz,
unida a la abundancia de frutos (bellota y
hayucos) en el monte han propiciado que los
cochinos hayan permanecido en su
hábitat natural y que las
monterías estén logrando
resultados regulares. La poca nieve que hay en
las montañas está permitiendo
batir al animal en zonas altas, con buenos
rendimientos para los perros. Los buenos
resultados también se están
produciendo en Zamora e incluso Valladolid, en
las manchas de monte mesetarias. En su
conjunto puede decirse que la temporada de
caza menor que finalizará a finales de
enero, va a ser, en líneas generales,
bastante mejor que la del pasado
año.
El jabalí, en línea con los
últimos años, si bien restan
todavía las monterías de finales
de enero y febrero que suelen ser las mejores.
En todo caso y a partir de ahora,
convendría respetar la perdiz para
garantizar una buena
reproducción.
Precisamente, y en estos últimos
días, todavía se ven algunos
bandos, tanto en el monte como en las tierras,
que con frecuencia se pierden en la niebla,
pero si persisten el tiempo anticiclónico
y las temperaturas altas al medio día,
pronto comenzarán a mudar a pluma,
lo que las hace mucho mas vulnerables y
podrían sufrir bajas importantes en lo
que todavía resta de temporada.