Hoy jueves, de 7.30 a 11.30 y de
17.30 a 21.00 horas, se reanuda la
campaña de caza de palomas torcaces
autorizada de manera excepcional por el
Consell de Formentera con el objetivo de
reducir y controlar la presencia de este ave en
la isla.
La primera de las cinco jornadas de control
previstas tuvo lugar el pasado domingo, y
terminó con escaso éxito, ya
que la falta de ejemplares hizo desistir a los
cazadores de los cotos de la Mola y de Porto-
Salé, que decidieron no acudir a la
zona. Tan solo en el tercer coto de caza de la
isla, el de es Cap de Barbaria, un reducido
grupo de cazadores cobró «unas
pocas piezas», asegura el secretario de
la Asociación de cazadores de la Mola,
Juan Antonio Ferrer.
La principal razón de este
decepcionante inicio de la campaña es,
según Ferrer, «la mala
organización y la
improvisación». «El
año pasado había muchas
más palomas torcaces en la isla, y
provocaron graves daños en los cultivos,
sobre todo en los viñedos»,
recuerda Ferrer. «Este año hay
menos individuos, pero para prevenir la alarma
de la población, que se esperaba
destrozos como los del año anterior en
sus huertos y en sus viñas, el Consell ha
puesto en marcha esta medida de una manera
precipitada y mal planificada»,
considera.
«Si la paloma torcaz es una especie
en expansión es porque es un ave muy
lista, que sabe adaptarse a las circunstancias.
Para que este tipo de acciones sean efectivas,
hace falta prepararlas durante el invierno
–explica Ferrer–, por ejemplo,
manteniendo balsas de bebida en puntos
estratégicos donde luego será
más fácil localizar a los
ejemplares que se quieran
controlar».
El representante del coto de la Mola
asegura que esta actividad no ha producido
ningún impacto negativo sobre el
turismo o la población de la isla:
«Si no saliera esta información
en los medios, la gente ni se
enteraría», concluye.