Parece que, al final, la pretendida veda para la pesca fluvial de la próxima temporada en los principales tramos del río Navia se va a quedar a medio camino.
Será como una especie de solución (?) salomónica ante la oposición popular entre una mayoría de pescadores y ribereños de la comarca naviega.
Se pretenden vedar, eso sí, los tramos libres, salvo el compartido con Asturias, porque no existe la misma opinión en el Principado. Y rebajar drásticamente a la mitad el número de permisos en los principales acotados.
Como ya eran 12 cañas las autorizadas, por ejemplo, en Penamil y Navia de Suarna, pues calculen que en ambos quedarán reducidos en un cincuenta por ciento. Prácticamente será una veda suavizada, porque, según fuentes de la Delegación de la Consellería de Medio Ambiente en Lugo, la última propuesta que podría ser admitida como definitiva para la próxima temporada sería la ya mencionada.
Las razones que se exponen como causas de estas medidas de choque se sustentan en la diezmada población truchera del río lucense, según se desprende de los muestreos recientes efectuados oficialmente.
Y, como origen de esa escasez, se argumenta, entre otros motivos, las obras de la carretera que une Navia de Suarna con Becerreá, ahora en su fase final.
Existen, no obstante, discrepancias en los círculos de pescadores sobre la efectividad de estas medidas.