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Un año después, sin nuevo manual de caza

Desde la aprobación en sede parlamentaria el pasado año (27 de marzo) de la nueva normativa vasca que regula la práctica de la caza en los tres Territorios Históricos, los jóvenes amantes del arte cinegético vienen reclamando que el temario de estudio para los exámenes con los que se obtiene la licencia sea renovado y recoja debidamente las modificaciones introducidas en dicha reglamentación, todas ellas de enorme importancia para el ejercicio sostenible y seguro de las batidas.

No obstante, un año después, el Gabinete de Patxi López no ha editado aún el manual de formación con actualizaciones tan significativas y trascendentales como por ejemplo, las distancias de seguridad que se deben cumplir para disparar en las cercanías de un caserío. «Si esto hubiera ocurrido con el de Tráfico se hubiera armado un revuelo social importante», comparaba Mikel Barrios, cabeza visible de Adecap-Gazteak.

«Es como si te enseñan que por las autovías y autopistas puedes conducir a ciento veinte kilómetros por hora cuando realmente solo puedes ir a cien. Y van, y te sancionan, claro». Este razonamiento, a pesar de su aplastante lógica, no ha sido sin embargo advertido por Lakua que, entre otras cosas, ha duplicado (de cincuenta a cien metros) esa distancia que los cazadores deben dejar por razones de seguridad antes de efectuar un solo disparo.

«Llevamos un año reclamando ese nuevo manual. Es lo justo», se sincera Barrios, quien da voz a los cerca de dos mil jóvenes cazadores que hasta el año 2009 -fecha de constitución de la sección juvenil de Adecap- se valían de las redes sociales para comunicarse y mantenerse al tanto de todo cuanto ocurría en el mundo de la caza y de la pesca. «Esto es un cachondeo», resume en sus declaraciones a DEIA.

En este sentido, y pese al desengaño acumulado en todo este tiempo, las nuevas generaciones de cazadores y pescadores vascos no dudan en ofrecer su apoyo al mismísimo Ejecutivo para elaborar ese nuevo libro de estudio que incluya, esta vez sí, esas correcciones que han dejado totalmente obsoleto la guía que se continúa empleando; incluso apuestan por agregar a ese vademécum cinegético las opiniones de cazadores con varios años de experiencia en sus cananas para hacer los textos más manejables, atractivos y didácticos.

Otra de las reivindicaciones que abandera este colectivo es que la Administración vasca tenga en cuenta la posibilidad de adelantar al mes de agosto o a primeros de septiembre la fecha en que se que realizan las pruebas extraordinarias para poder obtener la licencia de caza, alrededor de doscientos en la última convocatoria.

Precisamente, el próximo 19 de abril mantendrán una reunión con la consejera de Agricultura y Medio Ambiente del Gobierno vasco, Pilar Unzalu, para hacerle llegar esta demanda después de la avalancha de protestas que Adecap-Gazteak ha recibido. El objetivo de solicitar ese cambio de fechas es favorecer que todos aquellos que se inician en la caza puedan hacerlo desde el mismo arranque general de la temporada, el 12 de octubre en la Comunidad Autónoma Vasca.

PERJUDICADOS Y es que, a juicio de Barrios, la realización de esta prueba calificatoria a finales de septiembre «perjudica claramente a estos jóvenes que se ven imposibilitados a ejercer la práctica de la caza en días clave en nuestra Comunidad, como son desde mediados de octubre a finales de este mismo mes». Unas jornadas que, tal y como aclaraba para los profanos en la materia, coinciden con los pases de la paloma y de la malvíz.

Y más aún, subrayaba el portavoz de Adecap-Gazteak, teniendo en cuenta que aunque el resultado oficial del examen se hace público pasado un mes, «como en la uni, las notas provisionales están al de una semana». Esto supone, simplificaba Barrios, que «aunque sepas que has aprobado no puedes cazar. Tienen ilusión por empezar a cazar pero no pueden hacerlo», lamentaba en referencia a las decenas de chicos (las chicas siguen siendo aún minoría en este segmento) que acuden a este examen extraordinario que cada año se realiza en una de las tres capitales de la CAV.

Así las cosas, esta cuadrilla de jóvenes que o bien han suspendido en mayo (en este caso las pruebas se realizan en las tres capitales de forma simultánea) o bien llegaron tarde a esa convocatoria, tienen que seguir desempeñando el papel de morraleros (acompañantes) hasta que les es expedida la pertinente licencia de caza pasado ese mes desde la realización del examen. «Y ten cuenta que hay chavales, menores de edad algunos de ellos, que se han tirado estudiando todo el verano…», agregaba Barrios.

Y es que a partir de los 14 años es posible obtener la licencia de caza pero no el permiso para la tenencia en propiedad de armas de fuego (expedido por la Guardia Civil) que, hasta la mayoría de edad, debe figurar a nombre de un adulto. Incluso cuando salen de caza al monte deben ir acompañados de una persona mayor, habitualmente suele tratarse de un familiar cercano, que es también quien le ha transmitido esa afición.

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Redacción periódico digital Desveda #caza #pesca #tirodeportivo #rural #naturaleza

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