Nigrán tiene un campeón del mundo de caza. Concretamente, en la modalidad de San Huberto categoría springer spaniels. El éxito lo consiguió en Eslovaquia Víctor Villar, un joven de 23 años, con Júpiter , un perro de dos años criado por Estrellas de Tebra.
Se trata de un can propiedad de un escocés que el pontevedrés tiene en casa prestado y con quien ha llegado a un alto índice de compenetración.
El campeonato celebrado en la localidad de Senec puntúa los movimientos del cazador, pero también el comportamiento del perro, que tiene que sentarse tan pronto como la pieza levanta el vuelo o siente el ruido del tiro. «Non pode moverse ata que ti lle das a orde», comenta el campeón, que todos los días trabaja por espacio de media con el perro.
Iniciado en el mundo de la caza a los ocho años por su padre, Víctor está viviendo un bienio mágico. El año pasado ganó el provincial, el nacional y fue sexto del mundo. Este curso no pudo revalidar el título estatal (quedó en segunda posición), pero a cambio se colgó el oro universal y también la plata por equipos formando tándem con el madrileño Miguel Fornell. El año pasado también había sido segundo en esta modalidad. Víctor apunta que es más difícil ganar en España que a nivel mundial. «Aquí o difícil é clasificarse, porque en Eslovaquia participamos sete, pero en España, en Lleida (celebrado el 26 de septiembre), fomos vinte», indica.
Ganar un mundial de estas características no da para comer, pero puede ayudar. «Niso andamos», dice. Víctor, soldador de profesión, acaba de quedarse en el paro, y ahora dedica todo su tiempo a entrenar y a cuidar los 30 canes que tiene en casa. «Todo os días saio ao monte, gústame moito. Levo facendo isto dende que era moi neno», recuerda.
Cuidar a Júpiter le sale además por una pasta. Necesita un pienso especial rico en fibras que cuesta el doble que los convencionales, pero es el precio que debe pagar por tener a un perro campeón en casa.