La empresa Pirenaica de Carnes
de Caza, situada en el polígono Sepes
de Huesca, inicia su actividad como centro de
recepción de carne de caza silvestre.
La compañía pretende la
dignificación del ejercicio de la caza de
jabalíes, a través de la recogida
de los ejemplares abatidos y el
aprovechamiento de esta oportunidad de
negocio.
El hecho de que haya aumentado la
población de jabalíes, con
cazadores que a lo largo de una temporada
superan los cien ejemplares, hace que muchos
de ellos queden semiabandonados en el
monte, cuando no del todo, ya muertos, y sin
aprovechamiento alguno dada la abundancia de
carne de este animal y las dificultades para su
transporte hasta lugares más
asequibles. En ocasiones, transportarlos a un
lugar con unas condiciones mínimas
para su manipulación es
prácticamente imposible.
Aspectos como la forestación del
campo aragonés, con mayor superficie
de bosque y matorral, el hecho de que se
consuma menos leña y la
obtención de más comida y
refugios han favorecido un aumento de la
población de jabalíes aunque
también es cierto que se trata de
situaciones fluctuantes en el tiempo.
Uno de los dos socios de la empresa
Francisco Layús, junto a José
María Pomar, ha explicado que «este
tipo de centros de recepción de carne
de caza son frecuentes en Extremadura,
Andalucía o Castilla-La Mancha, donde
se organizan cacerías en los que son
abatidos muchos ejemplares».
«Luego, –ha continuado– se
transportaban a un centro de recepción
y tras una pequeña manipulación
y los correspondientes análisis pasaban
a otras industrias, normalmente para la
elaboración de embutidos o conservas.
Pero con la crisis económica la
organización de estas cacerías
se ha resentido y las empresas que trabajan
con esta carne tienen que obtenerla de otras
regiones. Y ahí es donde entramos
nosotros, en abastecer a esas empresas
elaboradoras».
La empresa, que ha sido visitada por el
director general de Conservación del
Medio Natural del Gobierno de Aragón,
Pablo Munilla, cuenta 150 metros cuadrados de
instalaciones de frío (cámaras
frigoríficas) en las que pueden tener
cabida unos 400 ejemplares de jabalíes
o ciervos, las variedades con las que
mayoritariamente trabaja la empresa.
Cazadores
«En Aragón hay una gran actividad
relacionada con la caza, con cerca de 50.000
licencias en vigor y con una alto porcentaje de
cazadores que proceden de otras comunidades
autónomas, cerca de 15.000. Somos,
por tanto una referencia cinegética, y
hacían falta unas instalaciones como
ésta, que con el tiempo dejen valor
añadido sobre el territorio aunque la
caza, de por sí, supone un importante
recurso económico para el medio rural
aragonés», ha apuntado Francisco
Layús.
Asimismo, ha concretado que paga la
carne de jabalí a 0.70 euros el kilo y la
de ciervo a 1,50 y que incluso existe una lonja,
en Guadalajara, donde se fija el precio de la
carne de estos animales.
«Cuando los cazadores traen varios
ejemplares aquí los refrigeramos, les
quitamos las vísceras y les hacemos un
primer análisis para comprobar que
desde el punto de vista sanitario no hay
ningún problema. También
pesamos e identificamos al animal para iniciar
la trazabilidad. Todos los ejemplares quedan
en las cámaras frigoríficas
hasta que viene el camión de alguna
empresa elaboradora con la que trabajamos,
sobre todo de Cáceres y Toledo. Puede
decirse que les abastecemos de su materia
prima», ha relatado.
Francisco Pomar ha insistido en que esta
es la primera temporada, seis meses de
temporada de caza, de septiembre a febrero,
en los que van a calibrar sus posibilidades de
dar un salto a la manipulación y
elaboración de embutidos u otros
productos, labor para la que cuentan con el
equipamiento técnico necesario en la
segunda planta de sus instalaciones.
«Vamos a intentar que quede en Huesca
más valor añadido y la
única forma de hacerlo es a
través de avanzar en la
manipulación y elaboración de
productos», ha especificado Pomar.
Más de 35.000
jabalíes
Según los datos que maneja el
Instituto Aragonés de Gestión
Ambiental (INAGA) en la temporada se
abatieron en la Comunidad Autónoma
más de 35.000 jabalíes de los
cuales, más de 22.000 fueron cobrados
en la provincia de Huesca, balance que supera
en mucho a las otras dos provincias
aragonesas.
Por lo que se refiere a los ciervos, el
número de ejemplares abatidos en
Aragón estuvo por encima de los
3.700, de los cuales 1.300 lo fueron en el
Altoaragón.
El corzo es otra de las especies que
alcanzan cifras altas y de esta forma la
temporada pasada se cerró con 7.388
animales abatidos de los cuales 2.470 fueron
muertos en la provincia de Huesca.