El coto de caza ‘San Justo
y Pastor’ de Cerezal acogió ayer
una cacería que se cerró con la
captura de 31 jabalíes y una loba
ibérica de aproximadamente cuatro
años.
En la montería contó con la
participación de 120 cazadores y
alrededor de 300 perros distribuidos en 10
realas (en cada una pueden participar un
máximo de treinta). La
inclusión en la montería de un
precinto de lobo llamó la
atención de numerosos cazadores
foráneos, tal es así que en
principio se tenían concedidos 100
puestos y se solicito al Servicio Territorial de
Medio Ambiente de la Junta de Castilla y
León en Zamora subir hasta 150,
obteniendo la autorización.
El día acompaño, sol y
temperaturas agradables, lo cual ayudo a
disfrutar de una cornada campestre animada
por los animales cazados, los vistos y una
buena comida campera de convivencia y
hermandad.
Desde hace varios años se tiene
localizada una manada de lobos
ibéricos estable en el entorno de
«Sierra Gorda» dentro del término de la
localidad de Cerezal, siendo avistados con
normalidad por los pueblos cercanos: Villaflor,
Videmala, Villanueva de los Corchos, Ricobayo
de Alba, Pino del Oro, Fonfría y
Carbajosa, bien por los campos o cruzando por
carreteras como la Nacional 122. Ayer la
cacería se desarrollo en el área
que se sitúa entre el pueblo de
Cerezal, la carretera de Villaflor y el embalse
de Ricobayo, una zona que no suele cazarse
habitualmente, algo si pero no con frecuencia,
y donde, así lo reconocen los vecinos,
«los jabalíes abundan y mucho».
Ataques
A lo largo del últimos meses los
ganaderos de ovino de Cerezal de Aliste
(José Antonio Antón Codesal) y
Bermillo de Alba (Francisco Fernández
Domínguez y Jesús
González Lobo), y uno de bovino de
este último pueblo, Manuel Bernardo,
han sufrido varias lobadas que ha terminado
con la vida tanto de ovejas de la raza
autóctona castellana como de terneras.
Esta última semana se ha producido el
ataque, muerte y comida de una res de
vacuno, una ternera recién nacida,
aunque en este caso todo apunta a que fue
obra de un zorro común.
Los ganaderos alistanos defienden que
coincidiendo con el final del otoño y la
llegada del invierno la comida comienza a
escasear en la Sierra de la Culebra y los lobos
buscan sus sustento fuera de ella: muy en
particular en ovejas y terneras.
Además, matizan que, los lobeznos
nacidos en la primavera de 2012, con
escasamente dos años de vida, se
independizan y al buscarse la vida por libre
hasta crear nuevas manadas atacan cuando
tienen hambre y se encuentran para desgracia
de los ganaderos que, a pesar de contara con
numerosos mastines, no pueden evitar las
lobadas.