La temporada de caza menor ha finalizado el pasado domingo, 30 de enero. En esta última jornada, y aprovechando el respiro dado por la climatología, los aficionados han preferido realizar batidas para los desastes de zorros y jabalíes.
En las áreas de montaña también se están realizando monterías debido a que un importante número se ha ido acumulando para el tramo final, y se irán realizando en los próximos días pues la temporada del jabalí se alarga durante la primera quincena de febrero. Pese a que el terreno conserva todavía mucha humedad, es perfectamente factible batir los campos de maíz para arrancar de su refugio tanto a los «gochos» como a los zorros, especialmente abundantes esta temporada. Es preciso señalar que estas batidas deben ser solicitadas y autorizadas para el jabalí allí donde este animal no está incluido en el Plan Cinegético. Esta autorización se concede siempre que haya daños en los cultivos como sucede en gran parte de los campos de maíz.
El pasado fin de semana se celebraron estas batidas en muchos acotados de la zona sur de León. En una gran mayoría se eliminaron muchos zorros y algún jabalí, en menor proporción, pero de mayor tamaño que en temporadas anteriores. La causa fundamental es que están muy concentrados en las pocas fincas de maíz que restan por cosechar. Además los perros se encuentran con notables facilidades para conseguir sacar a los animales, que deben salir al campo abierto. Con frecuencia éstos se dan la vuelta intentando burlar a los canes o salir por zonas no cubiertas hacia otras fincas aledañas. Muchas veces lo consiguen, pero puede decirse que mas de la mitad resultan abatidos. En todo caso no da tiempo a batir mas de doscientas o trescientas hectáreas un porcentaje relativamente pequeño del total del acotado.
Abundancia de zorros. A lo largo de toda la ribera del bajo Esla se están realizando batidas para controlar y reducir las poblaciones de zorros. Se suponía que el depredador abundaba, ya que con frecuencia se les ha visto a pleno día a lo largo de toda la temporada. En Campo de Villavidel, entre Cabreros del Río y Palanquinos se batió en la mañana del domingo una zona no superior a trescientas hectáreas, con el resultado de una docena de zorros avistados y tan solo siete eliminados. Prácticamente en todas las fincas batidas los perros consiguieron localizar al depredador con espectaculares ladras. Hasta tres animales juntos que, con frecuencia, conseguían burlar el acoso de canes y cazadores. Unas veces porque la puntería fallaba y otras porque rompían por lugares sin cubrir y el zorro ponía pies en polvorosa.
Hacia las tres de la tarde, cuando los cazadores estaban a punto e suspender la cacería e irse a comer, en una zona próxima al pueblo de Villavidel surgía la sorpresa: «El gocho, el gocho, y son varios!» se oían los gritos de los batidores. Uno de los animales, una hembra de mas de cien kilos, rompía el maíz a escasa distancia de este comentarista que había acudido para realizar el reportaje. Con el tiempo justo de sustituir el cartucho del doble cero por una bala y cogiendo la escopeta de uno de los cazadores, tuve tiempo de realizar un único disparo que atravesó al animal de atrás hacia delante. Pese al impacto, mortal de necesidad, todavía pudo desplazarse doscientos metros hasta que fue definitivamente rematado. En el otro extremo de la finca era abatida otra hembra y un tercero conseguía escapar. Previamente los perros habían levantado de un plantío próximo al río Esla tres hermosos corzos, dos hembras y un macho, que causaron la admiración de los cazadores, bien advertidos de que no debían disparar.
Final de temporada. Durante los próximos fines de semana proseguirán los descastes de zorros y otras alimañas en los acotados de caza menor. El tiempo frío y seco, con heladas moderadas, está secando el terreno de forma que, si no llueve ni nieva en unos días, ya podrán recogerse todas las fincas de maíz, por lo que resta poco tiempo. La densidad de zorros, en estas zonas, resulta absolutamente desproporcionada y muy negativa para las piezas cinegéticas, perdices y liebres, ya de por si muy escasas. Una densidad aceptable sería de una pareja cada quinientas hectáreas, diez veces menos de las poblaciones actuales. El hecho de que el pasado año se realizasen pocas batidas para no menguar las poblaciones de un depredador especialmente eficaz, ha podido ser la causa de esa abundancia. En esta situación será perfectamente factible el que se concedan permisos tanto para control del zorro como para cuervos y urracas que también abundan en exceso.
El jabalí, sin embargo, no deberá cazarse a partir de mediados de febrero. En contra de lo que parece las poblaciones de jabalí son menores que en temporadas anteriores, además abundan las hembras preñadas como las dos abatidas en Campo de Villavidel con cinco y seis crías respectivamente en su vientre. También el número de accidentes, algunos muy aparatosos, está recomendando el control de estas voluminosas piezas de caza mayor.