Son
muchos los cazadores
a los que me
gustaría
dedicarles unas
líneas no ya
para que se conozcan
sus capturas sino
simplemente como
merecido homenaje a
su sencillez y buen
hacer. Posiblemente
no sean unos atletas
consumados ni sus
capturas sean
ejemplarizantes
–que a veces
lo son- no, son
simplemente
cazadores de raza y
créanme que
no es poco. Como no
puedo citar a todos
me voy a ceñir
a uno solo que puede
muy bien representar
a este selecto grupo
de venadores.
Se trata de
Javier Barona, alias el
Gallo, prototipo de
cazador nato,
jamás falta a
la cita con su
afición.
¿Cómo
es este hombre con la
escopeta?
¿Primitivo?
Sí, pero en
afanes, sintiendo la
ancestral angustia y
alegría de la
caza. Recio,
respetuoso, tranquilo.
Sale al campo porque
la Naturaleza es vital
para su
carácter y le
gusta la caza por
instinto. Nació
para ello. Tiene en su
ser “un
apartado” que
le apremia a buscar
en el monte a su
adversario natural. Su
sobriedad no impide
que las virtudes que
adornan su
carácter la
haga patente entre
sus
compañeros
con los que comparte
alegrías y
fracasos.
Esto es lo
verdaderamente
admirable en este
excelente cazador.
Poco más.
Pero cambiemos de
tercio para
informarles como se
está
desarrollando la
temporada hasta el
ecuador de la misma.
Entraron adelantados
algunos zorzales pero
el flujo migrador
sorpresivamente
cesó en el
mejor momento.
Los
jabalineros
también se
quejan porque no
encuentran al hirsuto
animal en los lugares
querenciosos.
Al parecer las
bellotas de roble
(año
excepcional)
está haciendo
que se encamen en
cualquier lugar donde
los frutos no falten.
Todo se
andará cuando
las heladas lo
estropeen y se
desplacen a las
manchas
tradicionales. Se
defienden los
acotados que
cuidaron las
poblaciones de
perdices y sobre todo
donde la mano del
hombre no
impactó con
fuerza en el medio
con productos
fitosanitarios
tóxicos. Los
palomeros
más pudientes
empiezan a
desplazarse al sur
peninsular con
resultados de todo
tipo, propio de un ave
que se traslada con
facilidad a cualquier
zona que la atraiga
por sus frutos, sobre
todo la bellota de
encina. Peor lo
están
soportando los
becaderos y es que el
esquivo pájaro
de cara alargada no
termina de entrar en
número
importante.
Habrá
; que esperar que la
nieve apriete en sus
lugares de
ovificación y
cría.