El consejo encargado de asistir al gobierno de EEUU en asuntos relacionados con la preservación de la vida salvaje se reunió por primera vez este viernes en Washington. Paradójicamente, el nuevo consejo no tiene miembros vinculados a las asociaciones de defensa de los animales.
El Wildlife Conservation Council (WCC), creado por el secretario de Interior, Ryan Zinke, él mismo un cazador, es dirigido por Steven Chancellor, magnate del carbón. La mansión de este importante donante del Partido Republicano, ubicada en Indiana (norte), es célebre por sus centenares de animales disecados: leones, osos, leopardos, antílopes…
La inclinación del gobierno de EEUU a favor de la cacería coincide con la afición de sus dos hijos adultos Eric Trump y Donald Trump Jr, ambos cazadores.
Tiempo atrás, el departamento del Interior había encolerizado a las asociaciones de defensa de los animales cuando otro de sus organismos reautorizó a los cazadores estadounidenses a importar sus trofeos de elefantes muertos en Zimbabue y Zambia.
Esas prohibiciones, impuestas bajo la presidencia de Barack Obama, habían sido rechazadas por las asociaciones de caza.
Ryan Zinke es un experto cazador y pescador gestiona más de dos millones de kilómetros cuadrados de tierras (cuatro veces la superficie de España). La caza, la pesca y los recursos naturales de EEUU
Nacido en la rural Montana hace 55 años, Ryan Zinke es un pescador experto y un cazador preciso, comandó tropas del cuerpo de elite de la Armada, los Navy SEAL, y ahora tendrá en sus manos los recursos naturales de Estados Unidos como nuevo secretario del Interior de EEUU
Con unos 70.000 empleados y un presupuesto superior a los 20.000 millones de dólares, el Departamento del Interior gestiona más de dos millones de kilómetros cuadrados de tierras, inmensas extensiones concentradas en su mayor parte en el oeste del país.
Zinke se considera discípulo del expresidente Theodore Roosevelt que hizo de la protección de los recursos naturales una prioridad de su paso por la Casa Blanca y quiere tomar un testigo que considera que se ha malinterpretado a lo largo del último siglo.