Cazadores y científicos colaboran en los conteos de especies de caza mayor impulsados por el Observatorio Cinegético
Con la certeza y el convencimiento de que ‘para cazar también es necesario conservar’, el Observatorio Cinegético puesto en marcha por la Fundación Artemisan, Bineo Consulting y la Federación Española de Caza en 2019, inicia este otoño una nueva campaña de censos de caza mayor, que se materializará entre los meses de septiembre y diciembre.
Mediante esta iniciativa se pretende “conocer cuál es la situación de las especies cinegéticas y para ello realizamos cinco campañas a lo largo del año que inciden en las diferentes especies de caza mayor y caza menor”, según señala el doctor en veterinaria Carlos Sánchez, que es además director de investigación de Artemisan.
La primera parte de esta campaña otoñal que se desarrolla entre septiembre y diciembre pero con especial incidencia en los dos primeros meses de ese período, tiene la finalidad de contabilizar el número de ciervos, gamos y arruís que se incluyen en el grupo de reproductores tempranos.
El recuento proseguirá con los rebecos y los muflones que forman parte del grupo de reproductores intermedios, que se llevará a cabo en octubre y en noviembre, mientras que la observación y conteo de la cabra montés, perteneciente al grupo de reproductores tardíos, tendrá lugar en noviembre y diciembre.
Desde Artemisan invitan a realizar conteos de jabalíes y de corzos, aunque reconocen que se trata de dos especies cuya contabilización resulta dificultosa.
Gestión y conservación
Los censos de caza mayor se realizan preferentemente a través de recorridos en vehículo, de entre 8 y 10 kilómetros, que discurren por sitios favorables a la especie en cuestión, en una única cuadrícula UTM 10 x 10 kilómetros por censo.
En ellos se registran todos los animales observados y los recorridos se repiten cada año para poder estudiar las tendencias de las poblaciones.
Los conteos se trasladan a la aplicación para móviles CensData, en la que los cazadores registran información sobre la dinámica poblacional de las especies cinegéticas.
Además, la web observatoriocinegetico.org gestiona la información recibida y genera información útil para la gestión y conservación de dichas especies. Los usuarios tienen acceso a distintos niveles de información de esa página web y la información se gestiona de forma confidencial.
Con la información recopilada, el Observatorio Cinegético constituye “una herramienta digital colaborativa entre cazadores y científicos”, según Sánchez, quien añade que la iniciativa pretende “implantar un sistema de monitorización a nivel nacional”, que permita obtener resultados “válidos y contrastables” para la toma de decisiones por parte de los propios cazadores y de la Administración.
De hecho, el plan cuenta con la colaboración del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y de Mutuasport y con la financiación de Hornady y Hart.
En los censos de caza mayor realizados en 2021 participaron 61 colaboradores que elaboraron 166 censos a lo largo de 1.284 kilómetros recorrido en 87 cuadrículas UTM 10×10 kilómetros. Durante la monitorización se avistaron 811 ciervos, 345 corzos, 597 cabras montés y 299 rebecos.
Cazadores conservadores
Los protagonistas de esta iniciativa voluntaria son los ‘cazadores conservadores’, que a través de esta actuación pueden demostrar que son quienes más se preocupan y hacen por conservar la naturaleza, lo que supone un primer paso para una correcta gestión de la actividad cinegética.
De hecho, conocer el estado de conservación de las poblaciones permitirá que “las generaciones venideras puedan seguir disfrutando de la caza”, según señala Sánchez.
La Fundación Artemisan sostiene que “la monitorización de las especies cinegéticas es el primer paso para una correcta gestión en su sentido más amplio”, ya que reconoce que, “en muchas ocasiones, no existen suficientes datos sobre la presencia y abundancia de especies sedentarias y migratorias” y, en consecuencia, “no se puede plantear una caza sostenible y la falta de información puede repercutir negativamente en el desarrollo de las órdenes de veda”.
Las contabilizaciones que se realizan hasta final de año de las especies de caza mayor, forman parte del conjunto de cinco censos que elabora el Observatorio Cinegético a lo largo de todo el año. Los dos recuentos que se realizan en primavera inciden tanto en aves residentes como en mamíferos nocturnos, mientras que en primavera-verano las especies objeto de análisis son las aves migratorias estivales, y completan el ciclo en la estación invernal las aves migratorias de esa época.
Ente los retos planteados para este año se pretende extender la colaboración en aquellas regiones de la mitad norte peninsular donde hay menos censadores, además de fidelizar a los censadores que ya colaboran con el Observatorio Cinegético, así como añadir mejoras y nuevas funciones a la aplicación CensData para extraer el máximo rendimiento a la toma de datos.
Incrementar el número de colaboradores permitiría incrementar el número de conteos. A pesar de que unos 2000 cazadores se han dado de alta como censadores, “sería deseable que en cada campaña que realizamos tuviésemos unos 600 o 700 censadores que pudiesen cubrir otras tantas cuadrículas”.
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