Las riberas de los ríos Oria y Urola aparecieron este fin de semana plagadas de peces muertos, según ha informado la Diputación de Guipúzcoa.
Tal y como asegura esta fuente, los guardas de la institución alertaron de lo ocurrido a la Agencia Vasca del Agua y recogieron muestras de agua de estos ríos que han sido trasladadas al laboratorio Fraisoro para detectar la posible presencia en ellas de agentes tóxicos procedentes de un eventual vertido, cuyo origen aún se desconoce.
El director de Montes y Medio Natural, Asier Arrese, ha explicado que si el vertido se hubiera producido en otra estación del año la mortandad de peces no habría sido tan elevada. También ha precisado que los primeros peces muertos fueron descubiertos el sábado en distintos puntos del Oria, al paso por las localidades de Olaberria y Beasain, rodeados de una sustancia de color negro y fétido. Por su parte, en el Urola fueron encontrados entre Aizarnazabal y Bedua.
Arrese ha recordado que la Agencia Vasca del Agua tiene entre sus funciones la protección del dominio público hidráulico, en especial el otorgamiento de las concesiones administrativas, así como la vigilancia e inspección y sanción de las infracciones contrarias a la normativa.
Además, este organismo, que será el primero en tener una respuesta clara sobre los análisis del agua, es el responsable de conservar la calidad de las aguas de los ríos, supervisar los vertidos de las empresas y sancionar por afecciones a la calidad de las aguas.
Por su parte, la Diputación es la encargada de efectuar el recuento de peces muertos, identificar a la empresa infractora y abrirle un expediente sancionador.
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Y lo peor es que estas catástrofes no son ni la primera ni la última vez que ocurrirán sino cambian mucho las cosas. Que sigan tomando medidas sólo contra los pescadores, mientras se quita agua indiscriminadamente a los ríos para regadíos, se contamina sin buscar responsables y no se busca solución al tema de los cormoranes. Es mucho más práctico prohibir el mamalo, jugar con redes eléctricas, no invertir en repoblaciones alevinaje auótctono… y luego lamentarse de que no hay truchas. En fin.
Hace poco se derramó toneladas de estiercol en el valle del Asón de Soba y ahora en los ríos Oria y Urola. Como esto siga así se está condenando a los ríos a la extinción de vida. Hay que estar más atentos y dejar de destrozar los rñios de esta manera. Es una catástrofe!!