Una vez más el colectivo vegano animalista ha celebrado su concentración anti caza en distintas capitales españolas, contando con un apoyo mediático inusual y desproporcionado a la nula participación y apoyo social que se demuestra año tras año.
Televisiones estatales sustentadas política e ideológicamente por partidos con un mensaje específico contra la caza, hablan de concentraciones multitudinarias contra la caza y en defensa de los animales.
Mientras tanto la realidad es otra. Menos de doscientas personas se han concentrado hoy en Bilbao en contra de la caza. Un nuevo fracaso que no es ajeno a la sociedad que observa con preocupación la radicalización violenta del movimiento vegano animalista.
La intolerancia de un movimiento sectario que equipara la vida de un animal a la de las personas desde el más profundo desconocimiento de la naturaleza y la evolución que nos ha hecho ser personas.
Resulta curioso observar como desde el colectivo animalista se juega con la sensibilidad de las personas, utilizando a los animales para esconder una ideología que esconde el exterminio del mundo rural ante el silencio cómplice de los grupos ecologistas.
Mientras tanto partidos políticos apoyan o se esconden detrás de un preocupante «silencio político» este tipo de movimientos que no hacen sino dividir y separar con mentiras a la sociedad rural de la urbana.
¿Hasta cuando va a tener que soportar el mundo rural los ataques de la secta vegano animalista?
Más de 10.000 personas han acudido hoy a la feria agrícola y ganadera de San Blas, mientras 10 animalistas hablan de secuestro de animales por parte de los ganaderos, afirman que los animales son «alguien» y no «algo»…
Difícil entender a lo que aspira esta ideología sectaria. ¿Quizás que cerdos, vacas y gallinas conviven libremente con las personas en pueblos y ciudades sin dueños (para ellos negrreros) que les cuiden y gobiernen?
La sociedad debe de empezar a ser consciente que intereses se esconden detrás de estos grupos sectarios.
Seguro que estos 10 animalistas piensan que el resto de las más de 10.000 personas que han acudido hoy a la feria de San Blas de Abadiño están equivocados y son cómplices del maltrato animal. ¿Pero es eso cierto?