N.G.- Gipuzkoa concederá permisos a diez cazadores del territorio para capturar corzos a rececho. El sorteo lo realizará la Federación Guipuzcoana y el próximo jueves 12 de mayo finaliza el plazo de presentación de solicitudes.
Además de las diez licencias para los federados guipuzcoanos, se otorgarán cinco más para el resto de cazadores. Las solicitudes costarán 6 euros para los guipuzcoanos y 12 para el resto. La modalidad se practicará en el entorno de Pagoeta durante este mes y el próximo.
La caza a rececho del corzo es una de las modalidades más apreciadas por los aficionados a la actividad cinegética. El presidente de la Asociación en Defensa del Cazador y el Pescador Vascos, Juan Antonio Sarasketa, califica esta especie de «joya biológica de la naturaleza». Y advierte de que su captura en esta modalidad no está exenta de riesgos: «Pequeño pero bravísimo, el corzo llega a acuchillar con la cuerna incluso al hombre, si se encuentra acorralado en una cerca», añade.
con un guía Para evitar sorpresas desagradables, los cazadores van siempre acompañados por un guía conocedor del entorno y de las costumbres del animal, y se deben siempre respetar sus indicaciones. Según fuentes de la Diputación, se trata de personas preparadas para esta tarea, también cazadores. «Llevan más de diez años haciendo este trabajo y son gente que sabe llegar hasta donde están los animales».
Estas mismas fuentes explicaron que Gipuzkoa cuenta con importantes densidades de corzo y que su captura es «conveniente». Añadió que las poblaciones se mantienen estables desde hace años.
Sarasketa explica las cualidades de un buen recechista. «Sabe bien que los buenos corzos se matan con paciencia y horas de espera, ya que su campeo siempre es limitado. Observados desde la distancia y con prismáticos sus movimientos, requiere una cierta estrategia: no cargarse de aire, tener el sol de espaldas y situarse en el lugar antes que él, ya que es uno de los animales más apegado al terreno donde nace».
solo ejemplares adultos Este experto cazador insta a abatir sólo ejemplares adultos, mucho más difíciles de conseguir que los jóvenes, y recomienda «no precipitarse a la hora de disparar, y al hacerlo apuntar bien al codillo para no dejarlo herido».
La caza del corzo está regulada por una orden de vedas que establece los períodos hábiles de caza para toda la temporada. Tratándose de caza mayor, la captura de esta especie, como la del jabalí, está controlada y se realiza según un plan cinegético. Estas dos especies se persiguen en batidas de octubre a enero.