¿Dónde está el GPS de las palomas y tórtolas?
Aunque varias especies de palomas y tórtolas se han ido volviendo sedentarias con el tiempo, muchas siguen realizando migraciones de cientos y miles de kilómetros para completar su ciclo vital.
Como cada año, muchos nos preguntamos ¿cómo es posible que puedan orientarse tan bien?
No son pocas las investigaciones que han revelado que estas aves tienen receptores magnéticos en la retina, el pico o el oído interno, lo cual les permite utilizar los campos magnéticos para guiarse sin muchos problema por los confines terrestres.
Un artículo firmado por Le-Qing Wu y J. David Dickman, publicado en la prestigiosa revista Science, ha querido dar un paso más para establecer en qué parte del cerebro de estas aves se procesa la información magnética, algo así como preguntarse “¿dónde tienen el GPS escondido?”
Para ello los autores sometieron a siete palomas a un campo magnético experimental, palomas en las que previamente se había utilizado un marcador genético en sus tejidos cerebrales. Después del experimento, los cerebros de estos animales fueron analizados para comprobar histológicamente la reacción de los tejidos al campo magnético, es decir, ver con microscopio cuáles eran las zonas del cerebro que reciben y procesan la información magnética.
Los autores demostraron que las neuronas vestibulares codifican la dirección, intensidad y polaridad del campo magnético, lo cual se podría explicar por receptores cerebrales, demostrándose también que hay un tipo de neuronas muy sensibles al campo magnético terrestre.
Sin embargo, según los investigadores la intensidad del campo magnético ha disminuido en un 35% en los últimos 2000 años, luego las palomas se tendría que estar adaptando a este cambio de intensidad. Posiblemente las neuronas reciban señales del oído interno, el pico y también la retina.
El estudio concluye que saber cómo se utiliza la información para orientarse es otra cuestión, pero al menos ya se ve claramente que las neuronas reciben la información y que por tanto el cerebro de palomas y tórtolas es sensible al campo magnético.
De nuevo especies que no son muy cercanas guardan propiedades poco conocidas y que una vez descubiertas y estudiadas, nos parecen fascinantes.
Fuente. cienciaycaza.org