Lograr que el perro cace y sea obediente son fundamentales para mejorar sus prestaciones cinegéticas
El adiestramiento avanzado o específico de los perros que participan en la actividad cinegética es la continuación lógica de los procesos de iniciación en la educación del compañero de caza. Los dos reportajes publicados hasta ahora en esta página de Desveda abordaban tanto las premisas básicas centradas en la educación y en la obediencia básicas como los elementos a tener en cuenta para que el perro de muestra lleve a cabo una correcta iniciación a la caza menor.
En el reportaje de esta semana el experto adiestrador Víctor Martínez Esandi se centra en dos aspectos fundamentales para obtener los resultados esperados, como son “que el perro cace y que además sea obediente”, subraya. Para continuar avanzando en su formación es necesario que los aspectos abordados con anterioridad hayan sido asimilados correctamente, porque “tomamos como punto de partida que el perro nos entiende”, apunta.
Esandi recuerda que “en este caso es necesario que las palabras que hemos enseñado al perro en las primeras fases del proceso, se conviertan ahora en una obligatoriedad de obedecer sí o sí. Hasta este momento ya conocía esas palabras o sonidos pero no tenía por qué obedecerlas porque no entendía qué era lo que queríamos de él ya que carecía de una motivación externa superior”.
Una vez superado ese proceso, comienza la fase de adiestramiento propiamente dicha para enfocar la ejercitación en la obediencia y en la caza. Es conveniente realizar estos ejercicios en lugares en los que el perro carezca de las distracciones que pueden provocar otros perros y que se realicen en lugares más o menos asépticos de olores, con el objetivo de que se concentre para obtener los resultados deseados.
Cuatro aspectos básicos
En este apartado son cuatro los aspectos sobre los que se centrará toda la actividad, y que son “la perfecta llamada; sienta y quieto al llegar; quieto avanzado o quieto en movimiento; y, por último, junto o camina al lado” según detalla el profesor de la Escuela Española de Caza de la Federación Española de Caza, donde comparte responsabilidad con su compañero Jesús Barroso.
El primero de los cuatro ejes sobre los que se asienta esta parte, tiene una gran importancia en lo referente al cobro, que es otro de los aspectos fundamentales que todo cazador persigue de su fiel compañero. Con la ‘perfecta llamada’ Esandi se refiere a que “el perro puede ser requerido en cualquier momento y debe abandonar lo que esté haciendo para venir a nuestro lado”.
Para abordar con éxito esta fase de la preparación, el adiestrador se centra en dos aspectos fundamentales, como son que “toda acción premiada tiende a repetirse y toda acción castigada o ignorada tiende a desaparecer”. Son cuestiones que “muchas veces pasamos por alto, pero ahí está una de las bases del adiestramiento canino”, porque lo que se busca entre el castigo y el premio es “un total equilibrio que hay que ajustar a cada perro, con la finalidad de que además de ser un perro obediente, sea feliz”.
En la parte correspondiente al premio “recurrimos a los tres tipos que tenemos a nuestra disposición, y que son el hablado que se expresa a través de un ‘muy bien’ en tono vibrante e infantil, las caricias y los gustativos”.
En el lado contrario estarían los reforzamientos negativos o castigos, expresado de forma verbal con un ‘no’ con voz recia y enérgica, a través del castigo físico mínimo al cual reacciona el perro y que debe estar adaptado a su sensibilidad, y, por último, en forma de collar de impulsos eléctricos que también debe estar adaptado a la mínima sensibilidad de cada perro.
Particularidades
Los recursos utilizados en esta primera fase son igualmente aplicables a las otras tres que integran este apartado. Sin embargo, Esandi aporta algunas particularidades propias de cada uno de ellos y en concreto, en el correspondiente al segundo aspecto formativo, denominado ‘sienta y quieto al llegar’ “estaría enfocado sobre todo al perro de puesto”.
En este caso hay que “recurrir siempre al mismo comando hablado. Resulta imprescindible que para decirle al perro que venga, le digamos ‘¡Ven aquí!’, ‘Etorri hona!’, ‘Hona!’, ‘Hator!’, o cualquier otra forma de expresión o sonido pero que sea siempre la misma. Que el perro lo asocie con ese ejercicio”. La actitud que adopte en ese momento será la que determine el correspondiente premio o el castigo verbal.
Para el tercer apartado, que Esandi denomina “quieto avanzado o quieto en movimiento” y cuya finalidad es la de “solucionar problemas de muestra o de patrón”, es necesario adecuar la distancia del perro al proceso de aprendizaje. Si en los ejercicios anteriores debía estar muy cerca, en este caso es necesario ir incrementado la distancia paulatinamente y que el adiestramiento sea progresivo”.
En la cuarta y última fase de esta parte del adiestramiento, denominada ‘junto o camina al lado’, Esandi recuerda la necesidad de mantener un único comando hablado y los conceptos de premio o castigo, “para conseguir que permanezca en el sitio que debe estar, que es al lado de la rodilla del cazador”. Además, recuerda que, por una cuestión de seguridad, “la ubicación correcta del perro es al lado contrario de donde quede el gatillo de la escopeta; es decir, si disparamos con la derecha, el perro debe estar a la izquierda y viceversa”.