Según detalla un informe publicado por científicos de la Universidad de East Anglia (Reino Unido), será necesario el sacrificio de más del 50% de la población de ciervos en el país para mantener la especie bajo control. Y es que el artículo alerta de las nefastas consecuencias de la superpoblación de cérvidos en ése país, que roza ya el millón y medio de ejemplares. Según los autores, los ciervos están dañando cultivos, bosques (muchos de ellos de gran valor ecológico) y están envueltos en un gran número de accidentes de tráfico.
Además, dañan los árboles, devoran plantas, evitan que rebroten como es debido y dejan sin amparo a un buen número de aves en peligro, como los ruiseñores.
La población de ciervos en el Reino Unido (al igual que en Europa, EEUU, Australia y Japón) está aumentando de forma muy rápida porque no existen depredadores importantes para estas especies y, salvo el zorro que puede capturar crías y el ser humano, la presión ejercida es escasa.
Por su parte, la asociaciones de protección de animales ya han denunciado la situación y exigen que se evite una masacre. Las autoridades se han apresurado a decir que «todo se hará de la forma más humanitaria posible y que la carne será aprovechada».