Se han recibido el doble de solicitudes que plazas disponibles para su cuarta edición
La cuarta edición del curso de Instructor-Adiestrador de Perros de Caza llega este fin de semana a su ecuador con un nuevo éxito de participación. Organizado por la Escuela Española de Caza (EEC) en la localidad soriana de Castillejo de Robledo, ha recibido el doble de solicitudes que número de plazas disponibles.
La formación está impartida por los coordinadores del Aula Canina de la EEC, Víctor Esandi y Jesús Barroso. Se trata de un curso completo que enseña metodología de adiestramiento, psicología canina, obediencia básica, caza y competición.
“Estos cursos ya existían hace años, de hecho, yo fui alumno en la promoción de 2003”, recuerda Esandi, “pero se dejaron de realizar por motivos que desconozco”. Al percibir que existía demanda entre los cazadores, decidió retomar la iniciativa hace cuatro años tras ponerse en contacto con la Federación Española de Caza.
Perros ‘hechos’
Entre los puntos que más trabaja con el alumnado, destaca la necesidad de superar la idea “de que el perro ya ‘viene hecho’. La gente no se da cuenta de que con nuestra forma de actuar modelamos el carácter, la pasión y la pericia del animal”. Sin embargo, en los dos fines de semana que ya se llevan cursados, Esandi se ha llevado la “agradable sorpresa” de comprobar que las personas participantes vienen cada vez más preparadas.
“Llevamos muchos años colaborando con diversos medios para realizar programas y series de adiestramiento. Y también subimos muchos vídeos explicativos en nuestros canales de Youtube”, señala. “Con todo este material pedagógico vemos que estamos alcanzando a mucha gente”.
Sobre la creciente demanda para acceder al curso, Esandi defiende la idea de que ha cambiado la propia experiencia de vivir la caza. Aunque hace mucho tiempo que dejó de ser una actividad destinada a la subsistencia, “se seguía considerando que era mejor cazador el que capturaba más piezas”. Pero este concepto está cambiando y cada vez hay más gente que “si ha ido al campo y ha pasado una buena mañana con su perro, aunque no haya llegado a capturar ninguna becada o perdiz, viene igual de contenta que con el morral lleno”, afirma.