La medida, que atiende a una petición de SEO/Birdlife, significaría la prohibición de su caza “a pesar de que los datos demuestran que su población es estable”, asegura José María Gallardo, de la RFEC
La caza de la codorniz puede tener los días contados si sale adelante la pretensión del Gobierno de España de declarar a esta ave como especie en peligro de extinción, a solicitud de la asociación SEO/Birdlife. Para la Real Federación Española de Caza (RFEC), sin embargo, el objetivo de esta medida no es proteger el futuro del animal, sino asestar un nuevo golpe al sector cinegético.
Según un informe de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/Birdlife), la coturnix coturnix sufre un declive poblacional del 61% en los últimos 20 años y su situación es “alarmante”, con un descenso tan grande que cumple los criterios de amenaza para ser catalogada como una especie en peligro.
Sin embargo, a juicio de la RFEC, las cuentas no cuadran. “SEO/Birdlife retuerce los datos para reflejar lo que le interesa, con un informe lleno de incongruencias”, critica José María Gallardo, vicepresidente de Relaciones Internacionales de la federación. “Los ecologistas utilizan un modelo matemático de tendencia poblacional y aprovechamiento cinegético que concluyen que la situación de cualquier especie es insostenible. Pero luego pasan los años y se comprueba que todo lo que dicen es una absoluta falacia y una burla a la comunidad científica”.
Como ejemplo, Gallardo cita el ejemplo de la tórtola. “Si se hubiesen cumplido las previsiones que realizaron estos gurús del medio ambiente en 2012, esta ave prácticamente habría desaparecido, ya que se ha podido seguir cazando desde ese año. La tendencia real, por el contrario, ha sido la opuesta”, señala.
Respecto a la codorniz, la RFEC censura que el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITECO) dé tanta veracidad a un informe “que alerta de que actualmente en España hay solo unos 225.000 ejemplares cuando, según los datos oficiales, se cazan más de 1 millón anuales. Y eso sin contar los que se crían en granjas y que se destinan, en gran medida, al mercado de la alimentación”.
Incluso reputados expertos como José Domingo Rodríguez Teijeiro, catedrático de Zoología del departamento de Biología Animal de la Universidad de Barcelona y considerado como la mayor autoridad sobre la codorniz en España por la propia SEO/Birdlife, ha dado “varios palos” al citado estudio.
En una entrevista realizada por la organización ecologista, Rodríguez Teijeiro mantuvo que la caza “no parece que afecte al tamaño de su población, que se mantiene constante”, citando como principal riesgo para el futuro de la especie “la agricultura extensiva que homogeniza el paisaje, lo que genera una importante pérdida de su hábitat por la siega, la recogida de la paja y la roturación del terreno”. “A la mortalidad que provocan las propias tareas de recogida del cereal”, añadía, “se le une una mayor exposición a la depredación”.
De hecho, el catedrático ni siquiera considera que la codorniz sea una especie en peligro ya que tiene “una tasa de reproducción muy alta: dos y tres veces en una misma temporada. Además, es un animal oportunista, nómada, no atado a un territorio, que es capaz de superar las adversidades del tempero y del hábitat, estableciéndose en aquellas zonas donde el medio es más adecuado”.
Buena densidad
Ante la falta de rigor científico en la pretensión de declarar a esta ave como especie en peligro de extinción, Gallardo destaca que la codorniz “se estudia en profundidad por el sector cinegético desde hace muchísimos años”. La fundación Fedenca de la RFEC “ya mostró una gran estabilidad en su población, conclusión que se ve confirmada con el trabajo del proyecto Coturnix”.
Esta iniciativa de ciencia ciudadana financiada por Mutuasport -con la colaboración de Fundación Artemisan, la Real Federación Española de Caza, la Universidad de Lleida y las federaciones autonómicas de caza- concluyó en 2020 que el número de ejemplares en el Estado rondaba los 3,2 millones en los 4 millones de hectáreas analizadas.
Una cifra basada en las más de 10.000 muestras biológicas recogidas por los cazadores y en los cientos de censos de cuadrículas UTM que señalan una densidad “muy interesante” de ejemplares adultos. “En breve publicaremos el informe de 2021, en el que se está trabajando durante esta primavera con casi 18.000 muestras analizadas, 257 codornices anilladas y la participación de más de 5.000 cazadores”.
A falta de hacer públicas sus conclusiones, “detectamos una estabilidad absoluta en la población de esta especie; incluso con un ligero aumento en determinadas áreas de España, consecuencia de un aprovechamiento totalmente sostenible”, adelanta.
A pesar de toda esta información contrastada, el MITECO “continúa confiando ciegamente en la opinión de esa organización ecologista, sin tener en cuenta al Ministerio de Agricultura, al sector cinegético ni a la comunidad científica, porque su objetivo final es prohibir la caza, así de sencillo”, mantiene.
Falta de respeto
“Y todo esto, solo unas semanas después de una de las mayores manifestaciones realizadas en Madrid en toda la historia en defensa del sector cinegético”, continúa. “Que vengan ahora con esto es una absoluta falta de respeto hacia los más de medio millón de personas que nos congregamos allí y los más de 800.000 cazadores que hay en España”.
La crucial reunión del Comité de Flora y Fauna del MITECO se celebrará el próximo 22 de abril para votar la “sectaria” propuesta de SEO/Birdlife ante un ministerio “anticaza”. “Desde la Federación vamos a colaborar con las comunidades autónomas para que se opongan a las pretensiones ecologistas y reclamen la elaboración de un informe científico-técnico específico sobre la codorniz para conocer su situación real”, defiende Gallardo.
Hoy mismo, la Junta Directiva de la RFEC se reunirá para establecer las acciones concretas a emprender para frenar esta y otras medidas del Gobierno de España, como la tramitación de la Ley de Derechos de los Animales o la Reforma del Código Penal en materia de maltrato animal. “Con nuestro trabajo político y estudios basados en datos veraces esperamos que la votación sea favorable a la caza, como ocurrió con la tórtola. En eso trabajamos y en eso confiamos”, concluye.