Recopilar información sobre la distribución geográfica y abundancia de fauna silvestre con potencial para mantener y transmitir diferentes patógenos, es el objetivo principal del proyecto ENETWILD que auspicia la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). Este estudio que prestará una especial atención a las poblaciones de jabalís será coordinado por los investigadores Joaquín Vicente Baños y Ramón Soriguer, a través del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC) de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM).
En el marco del proyecto ENETWILD, que reúne una quincena de grupos de trabajo de nueve países europeos, el IREC organizó del 16 al 18 de enero en la ciudad italiana de Parma unas jornadas de discusión en los que participaron setenta expertos en el campo de la ecología, la gestión y la epidemiología de jabalí.
Además de revisar las prácticas actuales de recopilación de datos para la especie, así como las reglas de validación de éstos, los participantes debatieron en torno a las metodologías utilizadas para calcular la abundancia y distribución de jabalíes. Además, en los tres talleres realizados quedó patente la complejidad de generar y trabajar con datos de una forma armonizada y estandarizada a nivel europeo.
De hecho, aunque son muchos los países y las organizaciones europeas que participan en la recopilación de datos espaciales sobre la distribución y abundancia de la fauna silvestre, “cada uno tiene sus propias características específicas con respecto a la metodología utilizada, el tipo de datos adquiridos, el repositorio implementado y su accesibilidad”, sostienen desde el IREC.
Las jornadas celebradas en Parma, además de propiciar la recopilación coordinada de datos sobre la presencia y ausencia de jabalí que se obtienen de las diferentes administraciones, así como de cazadores, naturalistas o investigadores, evidenciaron la necesidad de “trabajar de forma armonizada en la generación, recogida y procesado de datos”, según el IREC.
Datos estandarizados
Para poner en marcha el proyecto ENETWILD, desde este mismo mes se distribuirá un cuestionario sobre cómo y dónde se recolectan datos en los diferentes países o regiones de Europa. Junto con los datos recopilados de forma estandarizada, “se identificará dónde se encuentran las estadísticas de caza aún de forma desagregada” para ser incorporados posteriormente mediante un acuerdo de compartición de las muestras disponibles.
La puesta en marcha de este proyecto es una herramienta muy útil para dar respuesta a una situación que resulta “complicada” porque, en el caso de la península Ibérica, “en apenas 30 años se ha pasado de cazar menos de 50.000 ejemplares a más de 250.000 y en un futuro no muy lejano seguirán creciendo las poblaciones de jabalíes”, según el veterinario y coordinador de investigaciones de la Fundación Artemisan, Carlos Sánchez.
Las estimaciones actuales sitúan la población de jabalíes en España en torno al millón de ejemplares, aunque Sánchez señala que “las previsiones apuntan que continuará en expansión y en un futuro no muy lejano podría rondar los dos millones de ejemplares en España, lo que es una barbaridad”.
Peste porcina africana
Esta especie que está implantada en toda Europa podría, según Sánchez, “llegar a ser considerada como una alimaña porque logra adaptarse perfectamente al hábitat que tiene y por el grave perjuicio y los impactos negativos que genera. Además de afectar a la seguridad vial, los jabalís pueden ser transmisores de tuberculosis entre ejemplares de la misma especie así como a la cabaña doméstica y por su impacto en zonas húmedas donde se encuentran aves anátidas y limícolas”. Distribución
La monitorización de los resultados que arroje el estudio del IREC permitirá hacer frente a otro de los problemas más importantes propiciado por la proliferación de esta especie, en concreto el avance de la peste porcina africana desde el este de Europa, lo que “eleva la preocupación en el mundo ganadero”. Los datos obtenidos permitirán además “realizar una adecuada evaluación de riesgos”, según los responsables del proyecto que está financiado por la EFSA.
La información recopilada y los esquemas de trabajo desarrollados en este proyecto pionero servirán también para abordar en los próximos años otros estudios que podrían ser aplicados “a otras especies silvestres, ya sean cinegéticas o no”, según apuntan desde el IREC.