Víctor Vázquez, coordinador del plan de recuperación del oso pardo en Asturias, hizo un recorrido histórico de la relación entre hombres y osos, y se declaró moderadamente optimista sobre la evolución de la especie en la región. «El número de osas con crías ha subido mucho en la zona suroccidental asturiana y moderadamente en el oriente» concluyó Vázquez.
Por su parte, Fernando Ballesteros, biólogo de la Fundación Oso Pardo, explicó que «el oso es un omnívoro oportunista, que aprovecha muy bien los recursos en cada momento y la buena coexistencia con el hombre debe basarse en la prevención, con medidas de protección de bienes, como las colmenas y el ganado, y un eficaz sistema de resolución y compensación de daños». «La protección de una especie emblemática no tiene que caer exclusivamente sobre los que sufren el perjuicio» alertó Ballesteros. «El oso ha aprendido a moverse y actuar en los horarios de menor probabilidad de encuentro con el hombre, principalmente, al amanecer y de noche. Y su primer instinto es huir». «Los casos de acercamiento pueden deberse a la habituación de la especie a la presencia humana, a que asocia las afueras de los pueblos con comida fácil y a la agresividad de los grandes machos, que causa que algunas hembras y machos jóvenes se refugien cerca de pueblos. Pero son fenómenos naturales pasajeros. En cualquier caso ha de evitarse que el oso se acostumbre a relacionarse con el hombre» dijo el biólogo.
«Los osos cantábricos no son peligrosos» aseguró el miembro de la Fundación Oso Pardo Arturo de Miguel, encargado de las recomendaciones de comportamiento en un improbable encuentro con el animal. «Los riesgos más altos se concentran en las osas con crías, los ejemplares heridos, comiendo o refugiados en su osera. Hay que seguir la red de caminos, no ir solo y hacer notar tu presencia, no dejar restos de comida y, por supuesto, evitar seguir sus rastros» dijo de Miguel. «Y si lo vemos, no seguirlo, hacer algún ruido y nunca cortarle sus vías de escape. Y si nos encontramos con un osezno, alejarse, porque la madre estará cerca».
El Guarda Mayor de la Patrulla Oso, Miguel Fernández aclaró que «sólo hubo dos intervenciones por la presencia de osos problemáticos, que se resolvieron positivamente. También actuamos cuando el oso está apuros, herido, atrapado en lazos, envenenado». «Llamen al 112 y el equipo de intervención acudirá. En 2016 se abrieron 522 expedientes por daños causados por osos, 131.000 euros».
Víctor Vázquez recalcó que «desde tiempo inmemorial no se conoce ningún ataque de ataques de osos a humanos en Asturias. Los animales domésticos producen más daños y de mayor gravedad» y afirmando que «a medio plazo, el concejo de Aller dejará de ser zona de paso para constituirse en asentamiento de población de osos».
Fuente LNE