A una semana del Día del Cazador y Pescador, 17 de junio en Dima (Bizkaia), cazadores y pescadores preparan los archiperres para pasar una jornada festiva en compañía de amigos y familiares. Hablarán, cómo no, de lo que va bien y de lo que va mal, de los retos pendientes??? No en vano Dima no es una fiesta al uso donde bocatas y productos del país, que los hay, son los protagonistas. No, Dima es mucho más, Dima es el lugar de encuentro y reivindicación donde cazadores y pescadores se sienten orgullosos de su afición, con la cabeza bien alta, sin justificaciones, la ley les apoya. Jóvenes y mayores, como siempre darán una lección de saber estar, conscientes de su compromiso y responsabilidad. Al margen deben quedar esos funestos individualismos al que son tan proclives algunos cazadores que gustan de contar sus cuitas en las tertulias fuera de lugar.
Es muy importante para la organización que las sociedades de caza que están invitadas confirmen su asistencia en el teléfono 607 034 106 (8 a 17 horas) o bien en el correo electrónico info@adecap.info a la mayor brevedad con objeto de programar adecuadamente la entrega de diplomas y el número de comensales. Sociedades que han sabido hacer su trabajo a la perfección, altruista y solidariamente.
Una de las actividades que ha despertado especial curiosidad, junto con la carrera de caballos (1 hora de duración) es la cetrería y la demostración de caza que efectuará el mismo cetrero con un lince boreal de 25 kg. de peso. Toda una joya biológica de la Naturaleza coger en los brazos temblorosos de unos niños a los que se les abre los ojos como platos. Una escena de por sí suficiente para asistir a la fiesta. No faltará la exhibición de perros de caza práctica a cargo de los campeones de la modalidad Elorriaga y Urra. En cuanto a la temporada corcera, como es previsible por estas fechas la actividad de los animales flojea y las capturas le van al pairo. De todas formas los recechistas continúan en la brecha a la espera de ese momento soñado de toparse con el corzo de su vida.
No en vano la constancia es vital en esta bella modalidad, decía un buen amigo cazador que los corzos se matan con el culo. Una vez localizada la querencia del animal, esperar quieto como una estaca al amanecer y al atardecer, camuflado sin cargar aire y con el sol a la espalda es garantía de éxito. Por cierto en el mercado hay prendas de camuflaje de tal mimetismo que es casi imposible distinguir a un cazador a poca distancia si es capaz éste de no pestañear.