EL NORTE DE CASTILLA. «La población cantábrica de osos está creciendo y se hace necesario disponer de nuevos métodos de seguimiento que nos aporten información precisa sobre la misma». Eso es lo que aseguraban hace meses desde la Fundación Oso Pardo, y al parecer este problema se acaba de atajar gracias a la puesta en marcha de una herramienta de análisis genético a partir de excrementos y pelos que permite reconocer a cada ejemplar.
Hasta ahora, el seguimiento anual de osas con crías, que se venía desarrollando desde 1989 en la cordillera cantábrica, aportaba datos fiables sobre la tendencia poblacional. Sin embargo, ante este escenario de crecimiento, se ha hecho necesario poner a punto nuevos métodos que complementen con datos genéticos los censos anuales de osas con crías. Además, el aumento tanto en número como en área de distribución de la población de osos exige cada vez un mayor esfuerzo para mantener su seguimiento sobre el terreno.
La metodología genética que se ha probado ahora en la Cordillera Cantábrica está basada en la detección de individuos por medio de Polimorfismos de Nucleótido Simples (SNPs). Se trata de una nueva herramienta más económica y precisa. El uso de los SNPs facilita la identificación individual de los ejemplares en poblaciones con baja variabilidad genética como la cantábrica y además abarata el coste de los análisis. Por tanto es una herramienta que va a optimizar los esfuerzos invertidos en el seguimiento de la especie.
La evaluación se ha llevado a cabo en colaboración con la Universidad de Oviedo y el Centro de Investigación en Biodiversidad y Recursos Genéticos (CIBIO) de la Universidad de Oporto.
En el proceso de evaluación del método para su posible aplicación a los osos cantábricos se han utilizado muestras de tejido pertenecientes a 15 ejemplares, facilitadas por las administraciones de Asturias, Castilla y León y Cantabria, y 47 muestras de excrementos y pelo recogidos sobre el terreno por los equipos de la FOP.