Indiscriminada la caza que se practica en países africanos. Cazadores denuncian en desveda este hecho y solicitan que se haga algún tipo de denuncia internacional a través de las entidades que representan a los cazadores.
Ya sea estatal o de alguna organización internacional. Seguidores de desveda piden ayuda para mostrar estos hechos que os mostramos en vídeos a continuación.
Cazar animales salvajes para comer es una práctica más que habitual en algunas zonas de rurales tropicales y subtropicales de África, Asia y América. También la caza organizada, resulta un beneficio para numerosas comunidades rurales
Cazar para alimentarse respetando los ciclos reproductivos de los animales es completamente legítimo. Pero las cosas están cambiando. Se está cazando no para comer sino para vender con fines lucrativos o especular con cazadores carentes de escrúpulos.
Curiosamente numerosas organizaciones defensoras de los animales callan ante este tipo de hechos, mientras acusan a los cazadores europeos de esquilmar especies, donde la caza se encuentra plenamente regulada y controlada, siendo necesaria para el equilibrio ecológico de especies cinegéticas.
Lo están haciendo de manera masiva y esto pone en peligro el equilibrio de la poblaciones de muchos animales que también habitan o visitan la Península Ibérica. Sean o no especies cinegéticas, como se puede apreciar en el vídeo.
En las comunidades rurales de estas zonas del mundo el 80% de las proteínas que se comen viene de la caza de animales salvajes. De cazar unas pocas piezas para autoabastecerse a la semana. Han pasado a la indiscriminada caza de un millón de toneladas de carne al año en África Central, por ejemplo.
Allí el comercio de esta carne mueve unos 72 millones de dólares, según datos de la organización TRAFFIC.
Los animales no sólo están amenazados por la indiscriminada caza. Muchas poblaciones afrontan serios problemas en su propio hábitat. Motivados por la introducción de especies exóticas que comienzan a competir con los ocupantes originarios de un determinado nicho ecológico.
En todo el mundo gobiernos y entidades no gubernamentales de distintos países realizan grandes esfuerzos para despertar conciencia sobre la gravedad de esta situación.
Algunos de estos esfuerzos se canalizan a través de leyes que regulan los períodos de caza y pesca, estableciendo el número máximo de piezas que está permitido cazar. Protegen a las especies en los períodos de apareo y desove y establecen reservas adecuadas de vida natural.
Pero en países donde no se respeta ni la vida humana. Difícilmente van a preocuparse de los animales
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