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Jabalís en el norte

Jabalís en el norte

«Este fin de semana tengo batida de jabalí. ¿Qué munición llevo? ¿Qué rifle será el más adecuado? ¿Quizás mejor llevar la escopeta? ¿??ptica o elementos de puntería tradicionales? ??stas son la clase de dudas que trataremos de esclarecer en este artículo.

Primera duda. ¿Rifle o escopeta?

Puede afirmarse sin temor a equívoco, que el rifle es un arma tradicionalmente poco extendida en el norte de la península y sobre todo en Euskadi. En algunas zonas de Álava donde la caza mayor viene practicándose con más arraigo, como en las estribaciones del Gorbea, el rifle ha sido y es incluso, un tema tabú prohibido por algunas sociedades.

La aparición progresiva de rifles en la caza mayor puede considerarse paralela a la explosión demográfica que ciertas especies han desarrollado, como por ejemplo el jabalí o el corzo. Quizás motivada por la regresión de muchas especies de menor, los cazadores que cambiaban a la mayor en busca de más oportunidades de caza y menos frustraciones a pié de campo, llevaban consigo la escopeta, apoyando también su decisión en una, en muchos casos nula, anterior experiencia en el uso del rifle. Pero ¿qué ventajas tiene cada arma?

Sin lugar a dudas, la característica estrella del uso de la escopeta en batida es su poder de parada. Rara vez un jabalí no acusa un disparo de escopeta, como sí ocurre con los de ciertos rifles. Por lo general, el impacto, mejor o peor colocado, suele ser demoledor, permitiendo un segundo disparo de remate en caso de no estar posicionado en una zona mortal de necesidad. Pero claro, para llegar a ésta situación, primero hay que alcanzar al animal y aquí nos encontramos con la mayor desventaja de las escopetas, poca precisión y proyectiles lentos.

Antes de que nadie se eche las manos a la cabeza, ha de comentarse que la escopeta para caza mayor ha mejorado muchísimo en los últimos años. Ver un cañón de escopeta estriado, con elementos de puntería como alza y punto de mira o base para el acople de visor, en definitiva, optimizada para disparar balas, ya no es un «rara avis» en el mercado. Junto a ello, la aparición de cartuchos con proyectiles con sabot plástico, ha incrementado la velocidad de éstos considerablemente, ampliando su alcance y precisión.

Pasando a analizar el rifle en batida, su mayor baluarte es la precisión. No obstante, el alcance es otra característica en la que los rifles aventajan a las escopetas, pero no es esencial en disparos de batida, que por lo general suelen realizarse por debajo de los 100 metros. Si bien podría situarse en 150 metros el alcance de una escopeta con munición actual provista de sabot, el rifle puede pasar de los 300 metros sin problema, a la hora de establecer una media más o menos común a todos los modelos.

A la hora de emplear un rifle, ha de serse consciente de que nos abrimos a un mundo infinitamente más amplio que la escopeta semiautomática del 12, donde la elección del cartucho, el tipo de punta, el peso o la clase de arma, sí que puede marcar la diferencia.

En ocasiones, se encuentran cazadores que acuden a las batidas con su rifle y su escopeta y deciden qué emplear en base al puesto asignado en el sorteo. Por ejemplo, si el disparo va ser inexorablemente por debajo de los 70 metros, la escopeta es una sabia elección. Es importante saber que para disparar con una escopeta de caza convencional, sin alza, como suele ser la mayoría de las empleadas, el entrenamiento del encare y la práctica habitual son esenciales para realizar con éxito disparos a tenazón.

Mientras tanto, para puestos abiertos a los que las piezas pueden entrar desde diversos puntos y trayectorias y no necesariamente alguna de ellas vaya a confluir en las cercanías de nuestro puesto, el rifle puede ser la elección más adecuada.

Segunda duda. ¿Qué munición es la más adecuada?

Para su utilización en escopeta, no hay mucho margen para la duda: las balas con sabot son una alternativa adecuada. Mayor alcance, mayor precisión y disponibilidad de modelos para ánima lisa o rayada.

Para rifle, se abre ante nosotros un mar de dudas, características y modelos disponibles. Comenzando por los calibres, el .30-06 Springfield es universal. Cumplirá en batida y nos permitirá cazar otras especies norteñas sin problemas. Un abanico de pesos entre 125 y 220 grains nos permitirá escoger un cartucho adecuado para cada tipo de caza.

A su vez, no dejarse llevar por los «calibres redondos» como «el .300» (Winchester Magnum) o «el 7mm» (Remington Magnum) nos ayudará a rendir mejor. Parece que matan con el nombre, pero ninguno lo hace si no colocamos los tiros bien, o empleamos armas semiautomáticas de cañones de 18″ o 20″ que expulsarán buena parte de la pólvora sin quemar, devaluando el rendimiento del cartucho a niveles de otros menos potentes pero más eficientes en armas de batida.

Calibres como el .338 Winchester Magnum, el 9,3×62 Mauser o el 8×57 IS aúnan una serie de características entre las que destacan contundencia, precisión y capacidad de doblar los tiros, que los hacen muy útiles para las batidas norteñas.

Si pretendemos escoger un único modelo de bala para emplear en todos nuestros lances, aconsejaría huir de los proyectiles blandos. El jabalí es un animal duro por definición, y una bala que no vaya a garantizarnos romper huesos y conseguir una mínima penetración puede depararnos lances amargos.

Por ello, es aconsejable el empleo de puntas de núcleo soldado o incluso monolíticas libres de plomo. Como ejemplo de las primeras, todas las «bonded» como la AccuBond, la InterBond o las Core Lokt Ultra Bonded y como ejemplo de las segundas, la Barnes TTSX o la Hornady GMX.

El empleo de éste tipo de puntas garantizará a su vez, que en disparos excesivamente cercanos, como por ejemplo en torno a 10 metros, que no olvidemos, pueden darse en batida, la punta no se desintegre o expanda demasiado rápido al contacto con la pieza, causando de éste modo una gran herida superficial que no asegurará el cobro de la pieza.

Para no dejar de lado la modalidad del jabalí a espera, también practicada en el norte, podemos permitirnos emplear una punta de mayor peso y menor dureza, donde la velocidad no será la clave, puesto que dispararemos sobre blancos estáticos y con disparos presumiblemente mejor colocados.

    A modo de ejemplo práctico de todo esto, puede servir el de un amigo finlandés que caza alces de 400 kilos con un cartucho para muchos tan despreciable como el .308 Winchester. La colocación del disparo, habilidad con el arma y elección de la punta, son en ocasiones facetas que no podremos suplir llevando más euros en las manos o «magnum» escrito en el cañón.

Tercera duda. ¿Debería emplear algún tipo de óptica?

 A día de hoy las opciones en lo que a óptica se refiere son tan amplias como la munición. Precios y modelos para todos los gustos y requerimientos hacen aconsejar el empleo de algún tipo de óptica en cada arma de batida.

 Es cierto que los maestros cazadores muchas veces reseñan que con el alza y el punto es como se aprende a tirar. Así lo hemos hecho muchos, empezando por el aire comprimido y terminando por ese mismo sistema en armas de batida.  El empleo de alza y punto facilita en mucho detectar los errores cometidos en el disparo fallado, a la vez que ayuda a esmerarse mucho más en efectuar disparos bien pensados y colocados.

En batida, básicamente hay dos alternativas. El visor de batida o las miras reflex y de punto rojo que han contribuido notoriamente a la desaparición del sistema de alza tradicional.

La óptica de punto rojo o reflex, es una alternativa muy clara al alza. En la mayoría de ocasiones sin aumentos, y con una superficie de impacto similar a 100 metros entre alza y ópticas, evita tener que alinear tres elementos con la pieza, como en el caso de alza y punto; y a su vez facilita la visión periférica de lo que sucede en torno al punto de impacto. Además, en un porcentaje muy alto de modelos, el disparo impacta donde vemos el punto rojo, independientemente de que el encare sea más o menos correcto, lo cual, dicho sea de paso es muy positivo de cara a usuarios recién iniciados.

Por visor de batida se entiende una óptica con retícula de cruz gruesa, pocos aumentos y una campana en muchas ocasiones del mismo grosor que el tubo. Los visores de 1-4x o 1-6x aumentos, junto a campanas de 24 o 30mm suelen ser los más empleados, a la vez que retículas que nos permitan situar rápidamente al animal a la carrera en el centro. ??sta óptica es recomendable para usuarios más avanzados, ya que el encare es importante y la capacidad de encontrar a la pieza con el visor, no se adquiere sin entrenamiento por parte de los neófitos.

En cambio, para las esperas, es necesario un visor con mayor capacidad de captación de luz, por lo que aumentos bajos y una gran campana suelen ser la alternativa escogida por muchos para disparar al amanecer y al anochecer o incluso en noche cerrada.

Conclusiones

No me gustaría finalizar éste artículo en el que comparto mis impresiones, sin resaltar que el disparo con escopeta en batida es un verdadero arte en extinción. La menor velocidad de los cartuchos hace que el adelanto del disparo sea crítico y más complejo, mientras que como se ha comentado, el encare para colocar los tiros uno sobre otro, es esencial.

Mientras tanto, el rifle solventa muchas de éstas desventajas y es lo que elegiría para alguien que quiera iniciarse en la caza del jabalí. En su contra cuenta con el grueso del colectivo de cazadores poco familiarizado en su manejo, que por ello suele decantarse por la escopeta, pero el abanico de opciones que cubre debido a su modularidad, es a mi juicio superior.

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Redacción periódico digital Desveda #caza #pesca #tirodeportivo #rural #naturaleza

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