El número de este mes de la revista cinegética especializada «Jara y Sedal» dedica su editorial a apoyar la propuesta iniciada por la Oficina Nacional de la Caza de instar al Gobierno español a declarar la caza como bien intangible. Bajo el título «Cazadores 2.0», el texto también alaba la iniciativa de numerosos jóvenes cazadores de llevar a cabo el proyecto «Jóvenes por la Caza» surgido este pasado mes.
Cazadores 2.0
«Ya lo he dicho en alguna ocasión y lo vuelvo a repetir ahora: para uno siempre es un placer poder dar buenas noticias. Son como un balón de oxígeno, un bálsamo reparador en medio de la irritación que generalmente nos deja la aspereza del día a día. La cruda realidad. Si además hablamos del mundo de la caza, donde parece que un disgusto pequeño ya es todo un logro, se agradece mucho más. ¿Qué les voy a contar a ustedes, amigos lectores, que no sepan a estas alturas?
Este es uno de esos números que hacen a uno reconciliarse consigo mismo y con los dioses de la caza. Porque abrimos nuestras páginas de información con dos noticias muy positivas para el mundo cinegético.
La primera de ellas nos habla de una excelente idea. Una idea realmente buena. De esas que tardan tiempo en aflorar pero que, cuando salen a la palestra, todo el mundo se pregunta por qué demonios no se le ha ocurrido a nadie antes. Por qué no se ha llevado ya a cabo. Ha venido de uno de los representantes más valiosos que posee el mundo cinegético de nuestro país: Juan Antonio Sarasketa. A través de la Oficina Nacional de la Caza, organismo que preside, ha instado al Gobierno de España a declarar la caza como bien intangible y ha pedido audiencia con los responsables ministeriales para invitarles a realizar todos los trámites necesarios para convertirla en Patrimonio de la Humanidad. Y lo ha hecho porque la caza reúne todos los requisitos necesarios para ocupar esa figura. Porque lo merece. Porque lo necesita. Esperemos que su petición sea tenida en cuenta por el nuevo gobierno y que todo el sector cinegético se una para subirse a este nuevo caballo de batalla. Posiblemente el más importante que se haya armado en lo que llevamos de siglo.
Pero no sólo traemos buenas ideas. También reflejamos hechos importantes. Varias asociaciones de jóvenes cazadores –algunas a nivel provincial y otras regional– se reunieron el pasado mes para dar a luz lo que han denominado el movimiento de Jóvenes por la Caza. ¿Por qué? Pues porque han decidido que quieren luchar por la caza y los cazadores. Y hacerlo desde la calle, desde las redes sociales, desde los medios de comunicación, desde todos esos lugares en los que la sociedad actual exige que se debe defender una causa. Desde todos esos lugares en los que nunca estamos. Quieren liarla, darle la vuelta a la tortilla, hacerse escuchar, porque han comprendido que hay que educar a las nuevas generaciones a través de cuatro pilares fundamentales: la imagen, la gestión, la educación y la formación.
Con respecto a este último punto, el de la formación, tenemos más buenas noticias. No crean que habíamos acabado. Actualmente se están organizando una serie de cursos a distancia –impartidos a través de Internet– cuyo objetivo es contribuir a la formación de los cazadores españoles de una manera rápida y accesible. Cursos que está previsto que, por ejemplo, permitan realizar el examen del cazador desde el ordenador de casa o conseguir el título de manipulador de núcleos zoológicos, tan necesario para muchos cazadores. Todo un logro que hay que reconocer a Rafael Lurueña, un hombre muy comprometido con el sector y con la caza. Por si todo esto fuera poco, Ramón Garoz acaba de editar un libro infantil titulado Jara la Cazadora. Por fin nuestros hijos, sobrinos o nietos podrán leer un título en el que el cazador ya no es el malo del cuento.
La caza se mueve, se despierta, y eso es una buena señal. Significa que, a pesar de las malas noticias, está viva y que cuenta con luchadores que, cada uno en su parcela, tratan de dar lo mejor de sí mismos por ella. De recuperar el tiempo perdido, de seguirle el paso a la sociedad con la que convive. De actualizarse. Hasta puede que alguno de ustedes ya esté leyendo estas líneas a través de su tablet o de su iPad en la versión digital que Jara y Sedal acaba de estrenar. Porque nosotros no vamos a ser menos a la hora de ofrecerles más, amigos lectores».
Publicado en el editorial de este mes de la revista «Jara y Sedal»