La extrema
precariedad de las
poblaciones de
perdices rojas, que se
han visto diezmadas
en las últimas
déacadas por
el uso de productos
fitosanitarios letales y
el aumento de los
predadores
protegidos
principalmente, ha
llevado a los
cazadores a dejar de
capturarlas. Los
colectivos
cinegéticos
han instado
además al
Parlamento
español a
adoptar medidas que
frenen el declive de la
especie.
El presidente de
la Asociación
para la Defensa del
Cazador y el Pescador
(Adecap) y de la
Oficina Nacional de
Caza (ONC), Juan
Antonio Sarasketa, se
muestra muy
crítico con la
situación. A su
juicio, las medidas
adoptadas por los
distintos gobiernos se
han centrado
???en
campañas de
desprestigio contra
los cazadores a base
de sanciones y
restricciones???,
en lugar de atajar las
verdaderas causas del
problema.
???Llevamos
más de veinte
años
denunciando la
deshumanizaci&oacut
e;n del campo, y
salvo
esporádicas e
intranscendentes
medidas
administrativas, el
veneno sigue
imperando por
doquier???. Se
refiere al uso de
fitosanitarios
tóxicos, que
producen semillas
envenenadas de las
que luego se
alimentan las
perdices y las matan,
o dificultan su natural
reproducción
al debilitar sus
huevos.
En su
seguimiento de este
problema, Adecap
denunció
primero el uso de
derivados del DDT,
???que es puro
veneno
además de
cancerígeno&r
dquo;. Luego
alertó sobre
los efectos del cianuro
potásico y
ahora se centra en
fitosanitarios, menos
tóxicos pero
igualmente letales
para la fauna en
general.
???Pesticidas,
herbicidas y
fungicidas campan
por sus reales en
manos de unos
agricultores que se
limitan a expandirlos
a falta de otros
menos
agresivos???.
Pero Sarasketa no
quiere cargar la
responsabilidad sobre
los agricultores que
???bastante
tienen con intentar
sacar una
mínima
rentabilidad a tanta
inversión y
sacrificio???.
Además, estos
productos son
legales.
Cree que la
pelota está en
el alero de la
administración
. ???Es hora
tomar urgentes
medidas???, lo
que, según
sugiere,
debería pasar
por poner coto las
grandes
multinacionales
fabricantes de
productos
fitosanitarios.
También
opina que
debería
buscarse un equilibrio
entre un laboreo
???muy
agresivo??? y un
pastoreo
???abusivo&rdquo
;, y la
conservación
de las especies.
A estos
problemas se
añaden los
desmanes de algunos
???desaprensivos
???. Como las
perdices escasean y
???palizas de 20
y 30
kilómetros en
una jornada son
insuficientes, no ya
para colgar una sola
perdiz, sino para tan
siquiera ver volar a
cuatro de
ellas???,
francotiradores
???a bordo de un
todo terreno se
dedican a perseguir a
las perdices, por
pistas y caminos para
disparar a cuantas
encuentra en su
camino.???
;
Fruto de
agresiones por tantos
flancos, las perdices
han mermado tanto
que sus poblaciones
son
???meramente
testimoniales por no
decir que en muchos
lugares están
a punto de
desaparecer. A tal
extremo es el
desmadre que incluso
ahora que no es
época de
siembra las perdices
se están
muriendo en Villalba
(La Rioja). Un
año
más criando
mal y esto se
acabó???,
augura Sarasketa.
Porque
además estos
animales no lo tienen
fácil para
refugiarse de la
contaminación
y los depredadores.
???No son como
otras,
huéspedes en
todas partes, sino
que nacen y mueren
en el mismo
biotopo???,
analiza Sarasketa.
Lo preocupante
de la situación
ha llevado a muchos
cotos a cesar su
actividad para
propiciar la
recuperación
de la especie. La
alarma sido
también
lanzada a la
Cámara
legislativa estatal. El
diputado
Teófilo de
Luis, cazador y
miembro del Grupo
Parlamentario Popular
en Madrid ha
formulado varias
preguntas a la Mesa
del Congreso de los
Diputados para saber
las medidas que va a
adoptar el Gobierno a
fin de mejorar las
poblaciones de
perdices.
Los datos
están sobre la
mesa. La
administración
ha analizado durante
dos años, a
instancias de la ONC y
FEDENCA, los
resultados letales en
las perdices de dos
fitosanitarios de uso
habitual en los
campos. ???Sus
resultados muestran
que las poblaciones
se han reducido un
80% en los
últimos 30
años, en una
regresión
lenta???,
sostiene Sarasketa.