La
superpoblación de
jabalíes que existe en
determinadas zonas de la
provincia ha motivado que la
Federación de Caza
haya decidido prolongar unas
semanas la captura de este
animal. Y ante ello,
además, hay que
recordar que la Conselleria
ha dado luz verde a las
batidas especiales que se
harán en el Desert de
les Palmes y que
comenzará hoy
mismo.
De esta manera,
mientras que para el resto de
especies, la temporada de
caza culminó ayer,
este animal salvaje se
podrá abatir hasta la
segunda semana de febrero,
lo mismo que el
tordo.
“Se cierra para los
demás animales por
ser una época de
celo, donde ya comienzan a
verse los rituales
naturales”, explica
Máximo Belenguer,
presidente de la
delegación territorial
de caza de Castellón.
Pero, comenta que “el
jabalí es un animal
que se está
extendiendo en
Castellón y cada vez
va a más, y hay que
frenarlo antes de que sea
una plaga”. “El
caso del tordo es diferente —
declara el castellonense–,
pues es en esta
época cuando tiene
lugar su retorno a Europa
central, por lo que, para
llegar a su destino, tiene que
pasar por
Castellón”.&nb
sp;
También la
población de conejos
ha aumentado
considerablemente este
año: “En
lugares como la Vall
d’Uixó,
Almenara, la Llosa,
Vinaròs,
Benicarló, Vilanova
d’Alcolea, Benlloch,
Vilafamés y Cabanes
la caza ha sido
extraordinaria”. En
este sentido, dado que en
otras zonas no se encuentran
estos animales, “el
balance es bastante
irregular”. En cuanto a
la cría de la perdiz,
“ha sido un año
muy bueno, sobre todo en
áreas donde los
agricultores han sembrado y
repartido granos para que se
puedan alimentar”,
cuenta Belenguer.
“Además,
la climatología esta
vez ha ayudado
mucho”. Por todo ello,
y según aseguran
desde la federación,
esta temporada de caza ha
sido, en general,
“mejor que la pasada
en nuestra
provincia”.
MÁS CERCA //
Algunas especies como el
jabalí, el conejo o la
cabra están cada vez
más cerca de la
costa. La falta de
predadores, el aumento del
bosque y la
disminución de la
agricultura son hechos que
inciden directamente en este
avance hacia el casco
urbano. Y es que la falta de
alimento y de agua, que se
acrecentará con la
llegada de los meses de
verano, hacen que estas
poblaciones se vean
obligadas a sobrevivir.