El sector de la caza genera en Castilla-La Mancha 634 millones de euros y 23.550 puestos de trabajo, según desvela el informe ‘Evaluación del impacto económico y social de la caza en Castilla-La Mancha’, que analiza los datos de la temporada 2016.
El informe, financiado por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, ha sido elaborado por la consultora Deloitte y la Fundación Artemisan.
El estudio ha sido presentado hoy en Toledo por el consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo; el presidente de la Fundación Artemisan, José Luis López-Schümmer Treviño; el presidente de la Federación de Caza Castilla-La Mancha, Agustín Rabadán; el presidente de Aproca y director de la Fundación Artemisan, Luis Fernando Villanueva; y María Lambarri, gerente de Estrategia y Operaciones de Deloitte.
El informe señala que en 2016 Castilla-La Mancha expidió 106.406 licencias de caza. Además, los agentes cinegéticos de la región realizaron un gasto de 604,3 millones de euros, siendo los cazadores los que más contribuyeron a este gasto con un 64% de esa cantidad, seguidos de titulares de cotos (24%) y otros agentes en menor proporción (organizadores profesionales, rehaleros, industria de la carne de caza, rehaleros, etc.).
En total, este gasto generó 634 millones de euros de Producto Interior Bruto (PIB) en Castilla-La Mancha, que representa el 1,7% del PIB de la región y es equivalente, por ejemplo, al 28% del PIB generado por el sector agrario, al 19% del generado por la construcción y al 53% del correspondiente al sector financiero y seguros.
Por lo que se refiere a la creación de empleo, la caza mantuvo un total de 23.550 puestos de trabajo (Equivalentes a Jornada Completa) en Castilla-La Mancha, de los que 9.780 fueron empleos directos generados por cotos y organizadores profesionales de caza y 13.770 fueron empleos mantenidos gracias al gasto en caza. El estudio de Deloitte revela, además, que 7 de cada 10 contratos se realizaron a personas con nivel de estudios primarios, por lo que la caza es clave para la integración laboral de perfiles con un encaje complejo en el mercado laboral.
Otro de los aspectos analizados es el retorno para las arcas públicas que se genera por vía fiscal. En total fueron 57 millones de euros los que aportó la caza a través de impuestos y tasas. Teniendo en cuenta que el presupuesto anual de gasto público destinado a la caza fue de 11,4 millones de euros, por cada euro de este gasto público se generaron 3,5 euros de recaudación, así como 52 euros de gasto privado.
El consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha, Francisco Martínez Arroyo, ha señalado que era importante conocer cuál es el valor real del sector cinegético en la comunidad autónoma, porque es un estudio que será “muy útil” a la hora de la toma de decisiones. “La caza es una actividad necesaria para el futuro de nuestros pueblos y de nuestro mundo rural”, ha insistido el consejero, para quien es especialmente relevante la contribución del sector a la riqueza de Castilla-La Mancha y el trabajo que hace la caza en materia de conservación.
Por su parte, el presidente de la Fundación Artemisan, José Luis López-Schümmer Treviño, ha destacado que este estudio no sólo enfatiza la contribución económica de la caza, sino también su impacto social y medioambiental. Así, ha explicado que estos datos avalan el papel que está jugando la caza en el medio rural, dado que esta actividad contribuye a frenar un éxodo rural cada vez más incipiente en los municipios de esta región. De no existir la caza, ha añadido, sería muy difícil poder generar otros recursos en entornos de tanto valor ecológico.
Asimismo, López-Schümmer ha resaltado que la caza ha ejercido durante generaciones una labor de “conservación silenciosa” en el control de poblaciones para reducir los accidentes de tráfico y los daños a la agricultura, en el control de enfermedades y en la gestión de los espacios naturales protegidos de Castilla-La Mancha. Este compromiso se refleja en el gasto de 52 millones de euros en acciones de conservación, que suponen, entre otras cosas, la instalación de comederos, siembras o conservación de los montes privados que redundan positivamente no sólo en las especies cinegéticas, sino también en las que no lo son, incluidas protegidas.
Finalmente, en el acto participaron el presidente de Aproca y director de la Fundación Artemisan, Luis Fernando Villanueva y el presidente de la Federación de Caza Agustín Rabadán. Villanueva destacó que para realizar este estudio se han utilizado cerca de tres mil encuestas, lo cual refleja el compromiso y participación del sector, mientras que Rabadán reivindicó la importancia de la caza social en esta región.