La caza no tiene límites: Abate un jabalí de más de 100 kg desde su silla de ruedas
Este joven cazador leonés siente una pasión por este deporte para muchos incomprensible pues un accidente de caza le dejó en silla de ruedas, desde ella abatió en Lugueros un jabalí
El pasado domingo la noticia y la fotografía que la acreditaba corría por todas las comidas y conversaciones de cazadores: «Tachi abatió un jabalí en Valdelugueros» o «míralo, aquí está con el jabalí…».
No sería una gran noticia, ni siquiera noticia a la vista de la cantidad de jabalíes que hay en nuestros montes, si no fuera por las especiales circunstancias del protagonista, José Manuel Suárez, Tachi, un joven que no llega a los treinta y que se mueve en silla de ruedas precisamente a causa de un accidente de caza. Fue el 26 de septiembre de 2015, el día que cumplía 24 años, cuando sufrió un grave accidente al caerse desde una roca en los montes de Almuzara, tuvieron que realizar un complejo rescate y, como se temía, tuvo graves secuelas.
Muchos días de hospital, tratamientos en centros especializados para parapléjicos y, definitivamente, una vida en silla de ruedas. Muchos suponían que ‘detestaría’ la caza para siempre y, sin embargo, cuando regresó de todos los tratamientos, con su silla adaptada, lo primero que le pidió a su hermano fue «salir al monte, a cazar el jabalí. No era temporada pero salimos, me puse tan pesado…». Y cuando ya era temporada le hizo otra petición también difícil de entender para quienes no entiendan su pasión por la caza: «Le pedí ir al lugar donde tuve el accidente; lo necesitaba para superar aquel trago y te diría más, me encantaría poder volver a cazar e ir allí, a aquel paso angosto en el que me agarré a una roca que cedió y me despeñé, primero varios metros de cabeza y después ya caí en un barranco, paré el golpe con la espalda…».
En ello sigue. La pasada semana fue con sus compañeros para la zona de Valdelugueros y los wasap echaban humo: «Tachi cazó otro jabalí».
Y Tachi sonríe, siempre sonríe este chaval empeñado en hacer vida normal y no dejar su pasión de cazador.
Sonríe, contra todo pronóstico.
Fuente. La Nueva Crónica