La empresa Calzados FAL de Arnedo, comercializa más de 80 modelos diferentes de la marca Chiruca específicos para actividades cinegéticas
Si resulta evidente que participar en una partida de caza mayor o en una de la media veda de la codorniz es tomar parte en modalidades totalmente diferentes, lo mismo puede decirse de que cada práctica y cada época requieren una serie de artículos y complementos específicos acorde con las características del terreno y de la climatología.
Entre todos los enseres que un aficionado a cualquier modalidad de caza necesita es imprescindible un arma, sea una escopeta, un rifle, un arco… pero lo que también resulta básico en el equipamiento es un calzado adecuado y que, en función del uso que vaya a hacerse, se adecúe al momento, al lugar, a las circunstancias y a la modalidad que vaya a ser practicada.
Con esa finalidad, el mercado cuenta con una marca especializada “que además de tener una gama destinada a los montañeros que practican el trekking y el senderismo, tiene una línea estratégicamente pensada por y para la caza; es decir, que los cazadores no se compran una bota de monte para cazar, sino que adquieren un producto específico”, apunta Iñigo Sarasketa, de la armería zornotzarra que lleva el apellido familiar.
Con esa carta de presentación Sarasketa se refiere a la marca comercial Chiruca, que “son de una excelente relación calidad-precio” y que fabrica la firma Calzados FAL, nacida en 1965 y ubicada en la localidad riojana de Arnedo. Los caminos de FAL y de Chiruca convergieron hace algo más de cuatro décadas, aunque esta última “es una marca que tiene más de 100 años porque nació en 1914”, subraya Fernando Castiella, director comercial de la firma.
La unión de ambas denominaciones resultó vital para que los modelos realizados a partir de la campaña 1991-1992 incorporasen un material que ha revolucionado la confección de prendas y calzado técnico, como es el Gore-Tex, “una membrana de gran impermeabilidad y transpirabilidad, así como un óptimo confort climático”, apunta Castiella.
Un hito
Conseguir la licencia de esa patente para poder incorporar el tejido en los modelos que se elaboran en la planta riojana fue “un hito muy importante, porque no todas las empresas pueden conseguirlo”. La utilización de esa membrana les ha permitido presentar colecciones de caza “tan técnicas o más que aquellas que están pensadas para la montaña”.
Sarasketa apunta importancia de incorporar ese material “en el hábitat en el que nos encontramos”. De hecho, a pesar de estar a principios de julio la climatología resulta desfavorable, con lo que el agua o el barro son elementos habituales, “pero con calzado de buena calidad es posible moverse por cualquier terreno llevando los pies secos y protegidos”.
De los “350.000 pares de botas que salen cada año con el nombre Chiruca, más de un tercio corresponden a calzado específico para la caza que vendemos tanto en España como en otros 42 países de todo el mundo”, señala Castiella. Además, subraya que “somos la marca de botas con Gore-Tex que más pares destinados a la caza comercializa en toda Europa”.
Colecciones ‘ad hoc’
En la campaña actual el catálogo general está integrado por más de 80 modelos diferentes de calzado de caña baja, media y alta, zapatos de descanso de caza, y otros modelos, “porque no es lo mismo el calzado que vaya a utilizar un cazador español cuya temporada general comienza en los meses de septiembre u octubre, con unos 20 grados de temperatura, que la de un cazador sueco que, en esas fechas tenga ya dos palmos de nieve”.
De hecho, el portavoz de Chiruca, señala que la marca produce “colecciones ‘ad hoc’ en función de los gustos y las necesidades de cada país. Por ejemplo, los cazadores vascos tienen predilección por las botas de color verde y de caña baja o tobilleras, pero al otro lado de los Pirineos les gustan las de color marrón y con puntera de goma que proteja la bota y el pie. En los países escandinavos o las repúblicas bálticas, en cambio, utilizan botas de caña media y alta, debido a la presencia de la nieve, por lo que incluso se utilizan otros grosores de piel y con forros de Gore-Tex para temperaturas extremas”.
Otro aspecto determinante a la hora de adquirir la bota más adecuada es el uso que se vaya a hacer de ella, en función del terreno. Por eso, Castiella apunta que su empresa fabrica “botas con suelas de poliuretano de dos densidades para aquellos cazadores que se mueve por terrenos relativamente llanos, mientras que para quienes practiquen la caza en zonas más abruptas, montañosas o con más artistas recomienda las suelas de Vibram”.
Los últimos modelos, además, incluyen el sistema de cierre micrométrico BOA que incorpora un hilo de acero trenzado para ponerse y quitarse el calzado con mayor rapidez.
A modo de complemente del calzado Castiella recuerda la necesidad de ponerse unos calcetines que faciliten la transpirabilidad y, en ese sentido, recomienda “los elaborados con fibras sintéticas como el ‘coolmax’, altamente transpirable para que el sudor salga al exterior y no nos fastidie una jornada de caza”.