La sombra de la crisis económica amenaza a la Federación Alavesa de Pesca, que por problemas en su gestión puede acabar disolviendo este organismo, a la vez que dejando en el paro a sus ocho empleados: un biólogo, un administrativo y seis guardas de río.
La idea de cerrar la entidad se consideró cuando el pasado mes de septiembre, el departamento de Agricultura recibió una carta de la propia federación en la que se denunciaba el convenio que, desde 1998, sigue en vigor. En el escrito se denunciaba la «incapacidad para hacer frente a los problemas económicos» derivados de sus obligaciones laborales, ya que esta entidad actúa como empresa que tiene a su cargo ocho empleados que ella misma contrata, pero en caso de conflicto laboral, no cuenta con los recursos suficientes para indemnizar a sus trabajadores, puesto que el único ingreso que recibe al año son 200.000 euros de la subvención que destina la Diputación Foral.
Ante esta situación, la Federación Alavesa de Pesca ha solicitado más dinero a través de un nuevo convenio, aunque se ha encontrado con la negativa de la Diputación que, en un momento económico difícil, no puede aumentar la cantidad que destina a este organismo.
La disolución de la federación es ya casi un hecho, motivo por el que la Diputación ha de buscar una alternativa a esta entidad que preste servicio a los cerca de 4.000 pescadores que solicitan más de 12.000 permisos de pesca de cangrejo y trucha, además de llevar a cabo los controles pertinentes en los permisos y capturas a través del guarderío. La alternativa que baraja la Diputación es la de contratar una empresa privada para ejercer estas funciones.
Por su parte, algunos pescadores han mostrado su descontento ante el hecho de que sea la Diputación la que preste los servicios que, hasta el momento, realiza la federación.
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Si esta ley sale a malas, sera negativo para todos.
Los cazadores tontos no somos.
A los dos biólogos que dice Aitor, la Diputación les tenía que haber despedido hace muchos años. ¿Se puede saber lo que hacían?. Muchos creemos que nada o trabajos para ellos.
El único problema de la Federación de Pesca se llama Ramiro Asensio, íntimo de Florencio Markina de ACCA, ambos despedidos. Contra el resto del personal, nadie tiene nada.
La Federación no pedía más dinero, sino una nueva redacción del Convenio, de tal manera que parte del mismo dinero (o de menos si era necesario volver a bajar la cuantía) se quedara de remanente para poder hacer frente a las cargas laborales generadas (indemnizaciones) en caso de rescisión de alguno de los contratos.