El pasado día 13 de febrero Mendata ha vivido una jornada de caza sin muerte con diferentes cazadores, geografías y cazaderos. Los participantes procedían de Francia, Zamora, Valladolid y Euskadi.
Y es que la pasión que despierta a Oilogortaris el disfrute de lances en nuestros montes con horas de dedicación no se entiende sin el principal protagonista que no es otro que el perro becadero.
Por este motivo, Oiz Pointer Club celebró esta jornada con la participación de amigos que confían totalmente en el perro por excelencia de muestra, pointerra. Una jornada que permitió ver lances de pointers que compiten en alta montaña así como 3 lances de los pointers de Jean –Roger Marquestaut. Ricardo Manso acompañado de su amigo Mario puso la guinda a esta jornada.
Los cazadores locales hablaron de la mala temporada de becada. Apuntan que la caza sin muerte es una buena ocasión para multiplicar los lances y acciones sobre ésta.
Alfredo Fernández, los hermanos Ricard y Nacho del Silo, apasionados cazadores castellanos, estuvieron acompañados por el gran becadero de Álava Josu Burgos y hablaron de sus terrenos, observaron la dureza de los montes bizkainos y, mostrando gran arrojo, destacaron la gran confianza que tienen en sus pointers. Pointers con una gran mentalidad cazadora que no se arrugan ante ninguna dificultad de terreno ni climatología. Patxi Arizmendi destaco también lo duro del terreno. Sin embargo, para la caza sobre becada, son montes como estos los que ponen a prueba las cualidades de un becadero.
Valientes estuvieron también Serafín, Jagoba y Jon Ander, de Ermua, Durango y Aulestia respectivamente. Eligieron una apuesta arriesgada, cazar con pointers muy jóvenes, pero dieron la talla demostrando precocidad e idoneidad en esta raza.
Desde Zaldibia, fueron José Miguel Urdangarin y Jon Iraeta los que demostraron su veteranía al arriesgarse con los terrenos más duros, no sin ello conseguir una buena jornada.
Un día en el que se pudo disfrutar de la participación de José Alcibar, veterano cazador de Durango o de Jon Koldo Irazola que demostró que los años no arrugan y con su llegada a punto de encuentro más tarde que el resto derrochó tesón, tenacidad y garra. Todo un ejemplo de maestría con sus enseñanzas.
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