La Junta garantizará con dinero propio el programa de conservación del lince, que se queda sin fondos europeos al rechazar Bruselas la renovación del Life Iberlince por estimar excesiva su petición de 27 millones de euros
El Día Mundial del Medio Ambiente este pasado 5 de junio llegó con una mala noticia para Andalucía. La Unión Europea ha rechazado el cuarto programa de ayudas Life Iberlince para la conservación y propagación del lince ibérico, especie en peligro de extinción. Este programa, liderado por la Junta de Andalucía, lleva en marcha desde 2002, gracias al cual se ha conseguido que de una población de menos de 90 ejemplares a principios de siglo se pase a 686 según el último censo facilitado por la organización ecologista WWF.
Con el último proyecto, con 23 socios, se ha logrado que vivan linces en libertad no solo en sus territorios últimos, Doñana y la Sierra Morena andaluza, sino también en Portugal, Extremadura y Castilla la Mancha donde habían desaparecido. El Gobierno andaluz ha asegurado que el programa de cría en cautividad y puesta en libertad del lince seguirá adelante con fondos propios de la Junta, mientras se elabora un nuevo documento que convenza a la Comisión Europea, según informó el consejero de Presidencia y Portavoz, Elías Bendodo, tras el Consejo de Gobierno del martes, y la consejera de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, Carmen Crespo, ratificó en comisión parlamentaria.
Bendodo confirmó que la Comisión Europea ha «tumbado» la propuesta de la Junta de Andalucía para un cuarto proyecto Life, con 27 millones de euros de presupuesto y 22 socios, por considerarlo «poco realista». Crespo agregó que la Comisión Europea considera «excesivo» el presupuesto.
El número tres del Gobierno andaluz responsabilizó al anterior ejecutivo socialista de la pérdida del respaldo europeo al citado programa, ya que el proyecto fue presentado por la anterior Consejería de Medio Ambiente. «Ellos ya sabían esa situación», apuntó Crespo en la comisión de su departamento en el Parlamento.
El exconsejero de Medio Ambiente y ahora diputado socialista José Fiscal, rechaza responsabilidad en la decisión europea. Explica a este periódico que la consecución de financiación europea para el Life Iberlince siempre ha sido compleja y con muchas exigencias y pegas por parte de las autoridades comunitarias. La Unidad Life suele argumentar numerosas objeciones y exigencias a todos los proyectos, para cuya resolución hacen falta «visitas, llamadas y seguimiento tras la entrega del documento para corregir, ajustar, añadir o reducir según las indicaciones», asegura Fiscal. «Nos consta que no han hecho nada de esto», dice Fiscal sobre el nuevo ejecutivo.
No opina así Crespo, quien aseguró que se han puesto a trabajar en la conservación del lince desde el principio. El Gobierno del cambio de PP y Cs solo lleva cinco meses de gestión. Tanto Crespo como el consejero de Presidencia, Elías Bendodo, aseguró que la actual Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible va a garantizar con fondos propios la continuidad del programa durante año y medio. En concreto, Crespo avanzó que destinará 3,2 millones de euros de su presupuesto a la conservación y cría del lince «para seguir manteniendo el programa sin ningún defecto».
Al mismo tiempo, elaborará otra propuesta «más realista» que convenza a la Comisión Europea para 2020. Un avance del proyecto debe ser entregado a Bruselas este mismo mes de junio. «Queremos corregir errores, presentar un proyecto realista y esperamos que sea aprobado durante su tramitación», expresó Bendodo. Crespo informó a los grupos en el Parlamento que este anticipo de la propuesta andaluza se presentará el próximo día 19 de este mes, para lo que ya han reunido a los 22 socios del Life Iberlince para aunar esfuerzos. Crespo enfatizó que la Junta de Andalucía no va a dar marcha atrás en los programas de conservación del lince ibérico.
Bruselas financia el 60% del programa Life, que en el caso del lince ha contado con 23 socios en el último proyecto aprobado para la recuperación de su distribución histórica en España y Portugal. Además de los gobiernos de España y Andalucía, también participaron los de Portugal, Extremadura, Castilla la Mancha y Murcia y la organización ecologista WWF. El proyecto implica a propietarios agrícolas y federaciones de cazadores. En concreto, en el programa último participaron 180 propietarios y sociedades de cazadores que ha supuesto tener bajo control científico a unas 200.000 hectáreas. Todos los socios que colaboran se ven compensados con la financiación europea.
Este último programa, el de 2011-2016, prorrogado dos años, contó con 34 millones de euros, de los que 18 millones han sido gestionados de forma directa por la Junta de Andalucía. Este proyecto tenía como especial finalidad la recuperación del lince en otros hábitat diferentes a Andalucía. En el censo de 2016 se testaron 19 ejemplares en Mértola (Portugal); 28 en Martachel (Badajoz) y 23 en los Montes de Toledo.
La labor para la supervivencia del famoso felino comenzó, no obstante, con financiación propia de la Junta de Andalucía. La administración autonómica destinó en 2000 para el primer plan de conservación del lince 540 millones de pesetas (3 millones de euros aproximados). Luego la Junta acudió a la Comisión Europea, obteniendo financiación para el primer proyecto Life Iberlince, dotado con 9 millones de euros, para el periodo 2002-2006. Su finalidad era evitar la extinción de la especie felina, amenazada por la carencia de su alimento principal, el conejo. Para el segundo proyecto (2006-2011), dotado con 26 millones de euros, se puso en marcha la reintroducción del lince en las áreas andaluzas. Los dos primeros solo tuvieron participación andaluza y no se incluyó la inversión en el Acebuche, dentro del parque nacional de Doñana.
Fuente. DIARIOSUR.ES