Tras la lectura de las Conclusiones del simulacro de foco de Peste Porcina Africana (PPA) en jabalíes llevado a cabo por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en colaboración con el Instituto de Investigaciones en Recursos Cinegéticos (IREC) los pasados 4 y 5 de junio, son varias los puntos que han llamado la atención de la UNAC.
Una cuestión importante es la recomendación de “Implementar una Estrategia nacional de control de poblaciones de jabalíes como medida preventiva en ausencia de enfermedad”. Lo que avala los esfuerzos que desde la UNAC se vienen realizando desde 2008 para lograr la implementación de una norma de carácter estatal. Para ello se redactó, fruto de la problemática derivada de la existencia de tantas normativas como autonomías existen, un articulado, mejorable pero completo, que ha sido defendido ante los distintos partidos políticos.
Dicho texto no pretende legislar el cazar o la caza, materia reservada a las comunidades autónomas, pero sí la fauna silvestre cinegética con el fin de conservarla y preservarla, como parte del Patrimonio Natural, materia reservada al Estado en su normalización básica. Cuestión que no se ha querido admitir y siempre se nos ha dicho que era competencia autonómica excusándose con ello para no establecer una norma básica estatal, pese a estar esta posibilidad avalada por el Dictamen del Consejo de Estado 617/2014 (Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente) del 24/07/2014.
La UNAC es escéptica con la eficacia de las estrategias de carácter nacional similares a las directrices técnicas sin carácter de norma. Directrices como la de captura de fringílidos o de control de predadores cinegéticos han sido muy deficientes en su implantación autonómica y de grandes trabas para el cazador. En su día denunciadas por UNAC, partían de unos antecedentes sesgados proporcionados por grupos ecologistas.
En las citadas Conclusiones, se recalca como una debilidad la falta de conocimiento acerca de la efectividad de las diferentes medidas que se están tomando en los países afectados de la Unión Europea por la PPA, lo que choca con las medidas que se están tomando en nuestro territorio acerca de la gestión de las poblaciones de jabalí, como puede ser la Resolución de 12 julio de 2018 de Andalucía o el caso de las jaulas trampa en Galicia.
Los cazadores de la UNAC están preocupados por la posible deriva a la aplicación arbitraria de medidas restrictivas para los cazadores, tal y como ha ocurrido con la gripe aviar que tras tres años estando España oficialmente libre de gripe aviar, siguen de aplicación las mismas restricciones.
Es necesario recalcar la falta de información sobre el problema de la PPA a todos los niveles, no solo a nivel de autoridades sino también a nivel de supuestos usuarios del campo y de esos otros que no tienen por qué tener una relación directa con el mismo pero que pueden contribuir a la propagación de la enfermedad por simple desconocimiento.
Otro punto a tener en cuenta es el cese de la actividad cinegética, entre otros, en caso de detección de un foco de PPA. Entendemos que es un escenario tremendamente delicado, pero es necesario reconocer el papel de gestión del cazador. Además, si una de las medidas es el control poblacional del jabalí, no hay mejor opción que la de los cazadores locales que conocen el terreno y las querencias mejor que cualquiera que venga de fuera, por muy buen exterminador profesional que sea. Cuestión ya planteada por la UNAC ante el Ministerio, quien se lavó las manos alegando que son las CC.AA. las responsables de coordinar las acciones.
Como curiosidad, parece que ya han conseguido los grupos animalistas desplazar al colectivo ecologista, ya que en la estrategia de difusión se alude a ellos junto con cazadores y ganaderos. Sin que haya rastro alguno de ecologistas, aun teniendo un papel mucho más importante que los primeros en este tipo de cuestiones.
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