La tórtola es uno de los pájaros que más atracción suscita para muchos cazadores de la costa vasca aunque año a año se constate su escasa presencia en nuestros arbolados, gracias a la desaparición de las condiciones que hacen posible su visita. Cazar estas palomas en Bizkaia y Gipuzkoa responde más a una tradición no escrita que habla de grandes jornadas, cada vez más lejanas en el tiempo, pero que sobrevive entre muchos aficionados que madrugan a diario en espera de la sorpresa con las primeras luces. Históricamente es por estas fechas cuando resulta más posible la llegada de la Streptopelia turtur, en plenos ???andramaris??? que se celebran en muchas localidades.
Esta misma semana ya se han dejado ver los primeros ejemplares sobre nuestros cielos. Los cambios de tiempo, con vientos del norte y nordeste, las lluvias ocasionales y las relativamente altas temperaturas aún veraniegas invitan a la columbiforme a abandonar sus cuarteles europeos de crianza para adentrarse en la Península. Que se traduce para nuestros cazadores en que por la noche estas aves puedan hacer un descanso en su viaje y reposen unas horas, hasta el alba, en los arbolados más cercanos a las zonas costeras.
Pero la modalidad cada vez cuenta con más dificultades ya que las distintas zonas de pase y querencia han sido ocupadas en las dos últimas décadas por construcciones de todo tipo, en cuyas cercanías resulta imposible cazar. La progresiva humanización de amplias zonas semi rurales con edificios de todo tipo, carreteras y alumbrados varios, seguramente provoca que estas aves no paren o prosigan en su ruta hacia el sur en busca de parajes más tranquilos. Amplias zonas de ambas márgenes de la Ría, otrora lugares campestres óptimos para colgar tórtolas por estas fechas, están ya urbanizados de una u otra manera y resulta imposible cazar en la actualidad. Cada vez quedan menos sitios.
POL??MICA. La tórtola europea está catalogada como especie vulnerable, y diversas fuentes apuntan a su progresivo descenso poblacional por la disminución de hábitats y la sobreexplotación cinegética. Se calculaba a comienzos de siglo que en España habría entre ochocientas mil y un millón de parejas reproductoras, y en toda Europa entre 2,8 y 14 millones de parejas, según el Libro Rojo de las Aves de España, aunque en retroceso. A pesar de todo, en las publicaciones especializadas se ofrecen tiradas en el centro y sur peninsular este mes, y en sus páginas hay consejos sobre cómo cazarlas en olivos y girasoles. Lo que aumenta la inquietud de los apasionados vascos de este pájaro, y de donde nacen numerosas excursiones a otros pagos en busca de unas cuantas tórtolas.
DATOS. Volviendo a las cifras, aunque en Euskadi sea difícil cazarlas por falta de espacio y lo caprichosas que son para pasar, si se consultan los números oficiales de otras comunidades autónomas se verá que sí se cazan, y muchas. Así, en Castilla y León, la media anual de capturas se sitúa en torno a las sesenta mil, con 76.115 tórtolas abatidas en la campaña 2007-2008, y descontando las 34.468 de la 2006-07, y con el último registro incorporado de 61.457 capturas totales durante la campaña 2010-2011.
En su vecina Castilla La Mancha, los datos de los últimos años de tórtolas abatidas sobrepasan de media las 110.000 aves, con el pico de 168.334 en 2006 y excepto la temporada de 2007 que bajó a 76.748, en unas cifras nada desdeñables para la especie. Esto sin conocer las capturas que se realizan en otras autonomías tortoleras como Extremadura, Andalucía o Madrid, ni tampoco las comunidades mediterráneas.
Para los cazadores vizcaínos solo queda esperar el casi ???milagro???, que a veces sucede, de una buena entrada de tórtolas, y para lo que estamos en las fechas ideales, o bien emigrar a hacia el sur donde resulta más probable cazarlas, eso sí, tirando de cartera.
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