La tórtola europea suscita pasiones para quienes practican su caza, que en nuestro entorno suelen ser cazadores de a pie, alejados de acotados, y que se conocen al dedillo las características del tiempo climatológico para que la pequeña y grácil paloma nos visite durante unas horas en su periplo hacia el sur peninsular y África.
Así, las noches oscuras por las nubes, los vientos del norte o del sur, y un poco de xirimiri resultan fundamentales para que durante la noche y presumiblemente después de cruzar el Cantábrico, las tórtolas se detengan por unas horas en nuestros bosques más costeros y reemprendan su camino con las primeras luces del día. Quienes han practicado esta modalidad saben que es casi como una religión, con adeptos capaces de soportar casi todas las penurias con tal de poder ver a diario unas pocas veces las fintas de la ágil tórtola y sus zigzags en el aire, a pesar de que cada vez queden menos sitios hábiles donde poder practicar su caza.
Y las condiciones del fin de semana pasado, sobre todo el domingo 8, los tradicionales ???andramaris???, cumplieron las condiciones para que se vieran algunas tórtolas, y así fue, según aseguran desde puntos de la costa vizcaina y guipuzcoana. Chaparrones intermitentes, temperaturas cercanas a veinte grados y cielos nocturnos muy cubiertos seguramente tuvieron mucho que ver.
También el lunes y ayer mismo se vieron. Porque como ave migradora, este pájaro repite su presencia en los sitios por los que demuestra querencia y, año tras año, son desde esos mismos lugares desde donde avisan del mayor o menor paso sobre nuestros cielos, logrando algunas capturas. Contadas, que nadie se crea que su abundancia o su carácter les hace parecerse en algo a sus hermanas mayores las torcaces. Perchas de dos o tres ejemplares son hoy en día ya excelentes, en vista de la trayectoria de los últimos años.
Normalmente se trata de tórtolas sueltas, o algunas veces grupitos de hasta cuatro o seis individuos, son lo más habitual para toparse, y muy de vez en cuando bandos mayores, que vuelan en dirección sur o suroeste tras amanecer. Proceden de casi toda Europa, salvo Islandia, Irlanda y Escandinavia, y según los datos que hay sobre esta ave, la mayor parte cruza al continente africano a finales de agosto y primeros de septiembre para pasar el invierno. En Euskadi apenas cría, así que aquí se caza como modalidad al pase de migratorias.
ESTUDIOS. Quien quiera conocer más sobre esta paloma, Fedenca, Fundación para el Estudio y la Defensa de la Naturaleza y la Caza, promovida por la Federación Española de Caza, tiene en internet colgado el ???Proyecto Tórtola??? y los datos de su primera temporada de estudio, del año 2012 y dirigida por José Luis Garrido.
Interesante documento para quienes quieran avanzar en su conocimiento y que debieran leer todos los cazadores para ver la importancia que los datos ofrecen para elaborar estudios y poder justificar la acción de cazar de forma sostenible. Distribución, estatus y población reproductora, migración, reproducción y caza son sus grandes apartados, dando detalles y cifras de estudios propios y ajenos sobre esta paloma tan especial.
Así, de entre los muchos datos que ofrece el proyecto se puede destacar que la tórtola muestra una gran variabilidad interanual en sus llegadas a España, con una estimación superior a los 3,5 millones de aves, sin contar las islas Baleares ni Canarias. En los últimos años se han cazado a nivel estatal cifras que oscilan entre las 683.104 tórtolas de 2005, las 904.226 de 2008 y las 865.633 de 2010, sin contar Cantabria ni Asturias, donde está prohibida su caza, ni las islas.
Alrededor del 70% se cazan en Andalucía, Extremadura y Castilla la Mancha. En Euskadi habría un 0,5% de la población estatal, con capturas del 0,2%. En Bizkaia aún restan varios días, se cierra este domingo 15, para poder salir tras la tórtola.