Casi 15.000 cazadores vascos se desplazarán a partir de la segunda quincena de agosto a los campos castellanos para disfrutar de una afición que se prolongará durante algo más de un mes.
Los aficionados a la caza de la codorniz esperan mantener en la próxima media veda el buen nivel de capturas de anteriores campañas en la media veda que comenzará el próximo 15 de agosto. Los 50.000 aficionados que se acercarán a los campos de Castilla y León tendrán como principal enemigo de la campaña a la sequía que afecta a los cultivos de cereal, “que puede provocar que la codorniz opte por desplazarse hacia el norte”, según señala el presidente de la Federación de Caza de Castilla y León y de la Oficina Nacional de Caza, Santiago Iturmendi.
Casi una tercera parte de los aficionados a esta modalidad, “pueden llegar a los 15.000 cazadores” según Iturmendi, procederán desde distintos puntos de Euskadi, mientras que el resto llegará desde diferentes comunidades autónomas como Cantabria o Asturias, así como de países como Italia y Francia.
La presencia de tan elevado número de aficionados a la caza volverá a ser un elemento vital para la economía local “porque aporta mucho dinero y genera muchos recursos en el mundo rural”, según destaca Iturmendi.
Aunque la media veda que permite la caza los martes, jueves, sábados y domingos se prolongará hasta el 17 de septiembre, los días hábiles para su práctica oscilan entre los 17 y los 20 días en función de cada provincia. A la espera de aprobar la orden correspondiente a este año por parte de la Dirección General del Medio Natural de la Junta de Castilla y León, se prevé que Zamora y Salamanca dispongan de menos jornadas que el resto, mientras que las demás provincias de la Comunidad autónoma castellano-leonesa rondarán los 20 días.
Los cupos asignados serán de 30 codornices al día por cada cazador, mientras que el número máximo de tórtolas será de cinco en cada jornada, aunque en este último caso la apertura de la media veda se retrasa hasta el 20 de agosto.
Antes del inicio de la media veda previa al inicio de la temporada general que se prolongará desde la segunda quincena de octubre hasta finales de enero, el presidente de la Federación recuerda que “la seguridad es una prioridad y es más importante evitar los riegos que dejar escapar un par de piezas”. Además, recuerda que “los remolques que se dejan a la sombra al inicio de la jornada pueden quedar al sol con el paso de las horas, por lo que es importante evitar que los perros estén expuestos a ese tipo de riesgos”.
Este año se mantendrá el dicho de que “la mitad de las codornices abatidas en España se cazan en Castilla y León y la mitad de estas se capturan en Burgos” se mantendrá este año, porque el número de ejemplares abatidos se mantiene desde hace casi cuatro décadas. Aunque Castilla-León seguirá siendo el territorio preferente de la codorniz, su distribución ha variado y en los últimos años Aragón está superando a La Rioja como segunda comunidad en cuanto al número de ejemplares. Ese hecho está motivado en gran parte por la proliferación de áreas de regadío en la zona de Los Monegros.
Una circunstancia similar, la implantación de grandes zonas de regadío en este caso en Argelia, hace que gran cantidad de ejemplares se queden en aquella zona de África, aunque ello “no afecta al número total de los que llegan a España. De hecho, según los cálculos de Iturmendi, “la curva de capturas se mantiene por encima del 1.200.000 el número de codornices capturadas cada año en España”, un volumen que se mantiene con algunas oscilaciones.
Cambio de hábitos
Los aficionados más veteranos han evidenciado un cambio notable en la caza de la codorniz porque, tal y como señala Iturmendi, “de desarrollarse en los rastrojos ha pasada a ubicarse en las zonas frescas, en los arroyos, en las linderas y en las zonas con más verde dentro de lo que es la Meseta”.
Según los datos obtenidos de los anillamientos que se llevan realizando desde hace unos 25 años para conocer sus movimientos migratorios, el 86% de los ejemplares cazados son codornices nacidas en el mismo año y en territorio español. Teniendo en cuenta que la productividad de la población de esta especie “es muy alta” a pesar de que tiene una esperanza de vida de 10 meses, “la codorniz tolera bien el aprovechamiento cinegético”.
Cada año llega desde la zona subsahariana del Sahell medio millón de parejas de codornices que crían en torno a dos millones de ejemplares en un año bueno. Una vez descontado el número de piezas cazadas son en torno a 750.000 parejas las que regresan al Sahell, donde vuelven a criar para poder completar su ciclo vital.
Aunque los datos recabados animan al optimismo, Iturmendi reconoce la existencia de críticas vertidas por sectores anticaza y conservacionistas que difunden “teorías impropias y sin ningún rigor científico, cuyos argumentos y propuestas harían inviable la vida en el mundo rural”. Además, sectores ajenos a la caza defienden esta actividad para paliar “la proliferación de accidentes con animales en las carreteras o por los daños que generan en la agricultura”.
Fotos. José Manzano