«Si el
oso pardo se recupera,
consideramos que
tendría que estar
permitida su caza».
Estas palabras salieron ayer
de la boca del Presidente de
la Federación
Asturiana de Caza,
Valentín
Morán, durante la
celebración de las I
Jornadas ‘Realidad de
la actividad
cinegética en
Asturias. Caza y
sostenibilidad’.
El encuentro, organizado
por el restaurante De Torres
de Felechosa, reunió
en una mesa redonda a
cazadores, conservacionistas
y a la Consejería de
Agroganadería y
Recursos Autóctonos
del Principado, representada
por el Jefe de Servicio de
Caza y Pesca, José
Félix García
Gaona.
El moderador de la
mesa, Pedro Laguna,
lanzó la
comprometida pregunta
sobre los
plantígrados:
«¿Consideráis
que debería de
permitirse la caza del oso, un
animal con una buena
reputación social, si
la especie se llega a
recuperar?» La
afirmación de
Valentín
Morán fue inmediata,
aunque luego hizo varias
matizaciones: «No quiere
esto decir que mañana
mismo nos queramos poner a
cazar osos en Asturias, lo
que considero es que
debería de tenerse en
cuenta. Ninguna especie
tiene que ser descartada, ya
que una población
elevada de
plantígrados
también puede ser
perjudicial para los vecinos
del ámbito rural»,
destacó.
Fue una réplica
acalorada que se
templó con las
palabras de Gaona. El Jefe
de Servicio de Caza y Pesca
del Principado
señaló que «es
la propia sociedad la que
marca y marcará los
tiempos en el sector
cinegético. Ahora,
desde luego, no es momento
para este debate». Sí
lo es para el lobo, un animal
que sólo
apareció de soslayo
en el encuentro y cuyo futuro
siguió siendo una
incógnita al
término de las
jornadas sobre caza.
La parte más
conservacionista de la mesa
no dejó, en cambio,
ninguna duda sobre su
postura. El presidente de la
Coordinadora para el Estudio
y la Protección de las
Especies Marinas (Cepesma),
Luis Laria, se mostró
radicalmente en contra sobre
la cuestión que
centró buena parte
del debate: «Aquí no
podemos dar ni un
sólo paso
atrás, el oso no
puede ser una especie
cinegética de nuevo»,
afirmó.
El presidente de
Cepesma destacó que
«los osos han sido un impulso
económico para
varias zonas de la
región y
deberíamos de saber
aprovechar su presencia, en
lugar de pensar ya en su
muerte». «Son muchos los
establecimientos hosteleros,
las casas y los negocios del
ámbito rural que
están manteniendo el
tipo gracias al turismo
generado por la presencia de
los plantígrados»,
añadió.
Es hora, según
Laria, de empezar a pensar
en la caza sin muerte. «Hace
unos años, pensar en
la pesca sin muerte era una
locura. En cambio, ahora, se
ve como una práctica
habitual y está muy
aceptada», dijo. El presidente
de Cepesma también
puso sobre la mesa otras
alternativas a la
práctica
cinegética habitual,
como la caza
fotográfica en lugares
de atractivo
paisajístico: «En Aller
sería fácil
promover ese mundo, al
igual que ya se hizo con las
visitas guiadas a la berrea de
los venados».
En ese punto coincidieron
todos los participantes en la
mesa, y no fue el
único. Principado,
cazadores y conservacionistas
se mostraron totalmente en
contra del furtivismo. Para
Valentín
Morán, la caza de
animales protegidos y la
práctica
cinegética sin una
licencia y control son «dos
grandes enemigos» para la
federación que
preside. «Nos hacen parecer
auténticos salvajes,
cuando en realidad hay
mucho conservacionismo
entre los cazadores de
verdad»,
señaló. Un
cazador «de verdad»,
matizó, es el que
sigue la normativa.
También el que
respeta las directrices de la
Administración,
«aunque a veces discrepe».
Actualmente, en la
región, hay 11.000
licencias de caza activas.