El lobby animalista europeo se moviliza para implantar su agenda ideológica aprovechando la inestabilidad política y el alarmismo climático.
El mayor lobbie animalista europeo, Eurogroup for Animals, pretende aprovechar el «volátil» panorama político europeo y el «enorme potencial» de sus redes en cada uno de los estados miembros para impulsar su agenda ideológica para los próximos cincos años. Algunos de esos objetivos incluyen la reducción del consumo de carne, la imposición de listados positivos que acaben con el comercio y la tenencia de especies silvestres (periquitos, loros, tortugas, otros reptiles…) y un cambió en las relaciones entre humanos y animales en las que predomine su percepción como «seres sintientes» a través de las reformas legislativas que sean necesarias en materia de Bienestar Animal.
Esta organización, con sede en Bruselas, representa a más de 80 asociaciones animalistas de casi todos los estados europeos. Desde hace 40 años, actúan como un grupo de presión político en el Parlamento Europeo y la Comisión Europea y el Consejo de la UE.
En un documento que recoge los objetivos animalistas para 2027 al que ha tenido acceso Libertad Digital, Eurogroup for Animals considera que «el panorama político en Europa y más allá no ha sido tan volátil en décadas». También destaca que «políticamente, la UE ya no puede verse como un bloque homogéneo y predecible», sino que todo depende de «coaliciones ad hoc» y grupos de países que «se mueven en diferentes direcciones a diferentes velocidades».
Consideran que la inestabilidad política y la situación económica son un caldo de cultivo impredecible y lleno de oportunidades para «mejorar el bienestar de tantos animales como sea posible y defender los intereses de los animales» a través de cambios en la legislación y en las actitudes sociales. Es decir, modificar «la percepción de los animales como autómatas, en lugar de los seres sintientes que ellos y nosotros somos».
En el informe de objetivos también se destaca que «la agricultura industrial es tan mala para el medio ambiente como lo es para los animales, mientras que los efectos de estos cambios ambientales en los animales salvajes son devastadores», aunque no informan sobre las terribles consecuencias de acabar con la agricultura moderna que ha permitido la producción a gran escala (y barata) de carne, huevos y cereales, entre otros productos.
En este sentido, el lobby animalista celebra «algunos desarrollos positivos» conseguidos hasta el momento: «Los consumidores se vuelven más conscientes de los problemas relacionados con los animales y el clima, y vemos una disminución lenta del consumo de carne».
Dinero, alarmismo y presión
Para conseguir los objetivos animalistas hace falta dinero. Los objetivos clave de Eurogroup for Animals para implantar su agenda ideológica incluyen, cómo no, fondos públicos. Pretenden «la creación de una línea presupuestaria de la UE dedicada al bienestar animal, garantizar que el bienestar animal sea reconocido como una competencia de la UE y promover el liderazgo entre una coalición de Estados miembros dispuestos y otros».
Para ello, reconocen que «cuestiones más amplias, como las amenazas a la salud pública, el medio ambiente y la vida silvestre, también pueden funcionar como palanca» para introducir los cambios legislativos en materia de agricultura, ganadería, pesca y comercio exterior de animales. También piden un aumento del presupuesto en bienestar animal y que se reconozca como una competencia europea. Además quieren que sus redes en los diferentes estados promuevan «la inclusión de la sensibilidad animal en la Constitución» así como «el desacoplamiento de los Ministerios de Agricultura y el de Bienestar Animal», como ya ha sucedido en España.
El grupo animalista reconoce que «el mundo, y Europa en particular, se ha vuelto demasiado complejo para influir o incluso comprender desde una sola oficina». Por ese motivo, llaman a la unión de las asociaciones que integran este lobby en los distintos países para que trabajen con otras «plataformas, ONG, políticos y empresas» para «aumentar la presión» y formar «coaliciones integradas y coherentes para impulsar políticas en Bruselas y a nivel nacional, a través de la promoción y las campañas».
Para ello, se han propuesto ampliar el listado de sus miembros con miras a aumentar el impacto de las campañas de presión y mejorar la sostenibilidad financiera del grupo con las aportaciones económicas que realizan las diferentes asociaciones, que a su vez también reciben financiación pública. Es el caso de Faada, uno de los miembros de Eurogroup for Animals en España que acaba de recibir una subvención concedida a dedo por valor de 154.500 euros «para la ayuda a personas vulnerables con animales de compañía».
Los objetivos animalistas para 2027
Eurogroup for Animals ha trabajado activamente en la reducción del consumo de carne, lácteos, pescado y huevos en un 50% para 2050. Pretenden seguir trabajando en ese objetivo mientras apoyan «el desarrollo y la introducción de alternativas», aunque no especifican cuáles.
También pretenden seguir presionando para que la Unión Europea adopte sistemas de mayor bienestar animal para pollos, peces, cerdos y vacas, como la prohibición de los sistemas de jaulas para animales de granja. También propondrán la revisión de la directiva sobre pollos de engorde, los métodos de etiquetado de la producción y una norma de bienestar animal para la pesca, entre otros objetivos.
Otro de los objetivos, relacionados con la experimentación científica, consiste en apoyar una estrategia integral de la Comisión Europea para eliminar gradualmente el uso de animales en la investigación, las pruebas y la educación. También proponen que la investigación sin animales sea incentivada y recompensada financieramente.
Por el momento, el consenso científico es que en muchos casos es imposible eliminar la investigación con animales por motivos de seguridad. Sin embargo, el lobby animalista pretende dar un paso más allá de la normativa aprobada en 2010 por la UE, en la que promueve la aplicación del principio de las tres ‘R’: Reducir la cantidad de animales usados; refinar los métodos empleados para mejorar el bienestar animal; y por último, reemplazar los animales por cultivos celulares o simulaciones informáticas.
Eurogroup for Animals también quiere avanzar en la «aceptación y manejo de los grandes carnívoros», como sucedió con el lobo en España. Además, pretende que los listados positivos para el comercio y la tenencia de mamíferos como mascotas se impongan a nivel europeo en una lista armonizada que sin duda tendría grandes dificultades para su elaboración teniendo en cuenta que los animales autóctonos de un país (el canario en España), se considerarían exóticos (y por lo tanto prohibidos) en otros países.
Fuente. Libremercado.com