A pesar de que todavía podemos disfrutar de la pesca en algunos tramos sin muerte de nuestros ríos y en los pantanos, ya se puede hacer un balance general de lo que ha sido la temporada. En cuanto a la trucha, sin novedad. Se mantiene el nivel de años atrás, sin grandes alegrías en general. Algunos tramos de pesca sin muerte son los únicos que hoy día garantizan fructíferas jornadas de pesca. El río Oyarzun, el Zelai, tramo bajo del Leizaran, el del Ibaieder, siguen manteniendo poblaciones estables de truchas. Además, en densidad y tamaño importantes. La joya de la corona sigue siendo el coto S/M del Leizaran. Por densidad, por tamaño y, sobre todo por el disfrute del entorno.
La cruz de la moneda la ha traído la crisis. La falta de presupuesto para repoblaciones se ha reflejado en la falta de afluencia de pescadores en los tramos de pesca intensiva. La repoblación en los campeonatos infantiles permitía mantener el atractivo de las capturas en aquellos tramos que al pasar por los pueblos se encuentran más degradados. Por descontado que los pantanos como Lareo y Arriaran si no se nutren de continuas repoblaciones carecen por completo de interés, ya que la trucha residente es nula o muy escasa.
A la crisis se le ha unido el real decreto aprobado a finales del año pasado, que considera a la trucha arco iris especie potencialmente invasora. Lo que prohíbe expresamente su distribución por nuestros ríos. Se están realizando las gestiones oportunas para que, por lo menos en nuestra comunidad, se haga una excepción.
La excepción respecto de la trucha arcoíris es una petición realizada a la administración central por las administraciones autonómicas de todo el Estado, ya que las repoblaciones realizadas con ???triploides??? de esta especie son una buena solución deportiva que no plantea ningún problema medioambiental.
Para los que como un servidor no decaen en el deseo de seguir disfrutando de la pesca, los tramos bajos y sus abundantes ciprínidos son una buena opción para mantener a flote las moscas de la ilusión.