Uno de los peces autóctonos que pueblan las aguas de nuestros ríos es el Cacho. Este pez perteneciente a la familia de los Leuciscus está presente en la mayoría de ríos españoles y en el mes de febrero efectúa migraciones rio arriba para desovar en primavera durante los meses de abril y mayo.
Estas migraciones corrientes arriba tienen como resultado que aparezcan en zonas donde los últimos meses no estaban, y al concentrarse en unas determinadas zonas, su pesca a principios de temporada es un pasatiempo entretenido. Para iniciar a los más jóvenes en el deporte de la pesca el cacho es un aliado que no falla nunca.
Su voracidad, junto a la facilidad de encontrarlo durante este mes al remontar los ríos y estar concentrado, a veces en gran número, facilitan que un pequeño anzuelo cebado con una lombriz y empleando un sencillo flotador nos proporcione varias capturas en poco tiempo y de manera fácil.
Estas capturas serán casi siempre de pequeño tamaño, pero si se trata de picar a los jóvenes, esto no tiene ninguna importancia. De lo que se trata es de que el niño, o novel, capture por sí mismo un pez. ??ste será el detonante para que quede ???enganchado??? al deporte de la caña y el sedal.
La salida para iniciar a un niño o a un novel debe ser planificada de antemano. Deberemos saber dónde se han concentrado los cachos y estableceremos un plan de pesca de un par de horas, algo que no resulte muy pesado.
Al niño es conveniente hacerle partícipe de la ???aventura???. Primero llevándole a buscar lombrices entre el cieno de alguna huerta o humedal y después de escarbar enseñarle dónde están las lombrices y hacerle coger con los dedos alguna de ellas. Seguro que al principio la actitud será de rechazo e incluso de aprensión hacia aquel gusano que se retuerce entre los dedos, pero normalmente esta actitud se esfuma cuando se le hace escarbar a él y convertirlo en protagonista de la búsqueda al ser él quien descubra dónde hay un gusano, lo encuentre y lo lleve al bote de las lombrices.
Una vez en el río tendremos montada una caña con un flotador debidamente plomeado y un anzuelo en el que delante del niño engancharemos la lombriz y le haremos ver como debe quedar sujeto. El niño ante cualquier novedad, preguntara, preguntará y volverá a preguntar, a lo que debemos estoicamente responder con explicaciones sencillas y cortas.
Una vez tengamos todo listo, lanzaremos a donde están los cachos que sólo con oír el ruido de caer del flotador acudirán en masa a ver qué es y luego se disputarán la lombriz produciéndose de inmediato una picada.
Ayudaremos a dar un pequeño tironcito al principiante, para que clave al pez, y después, le dejaremos que sea él quien lo saque del agua, diciéndole que lo haga despacio, aunque, en la mayoría de los casos el pez saldrá volando del agua a gran velocidad.
De cualquier forma, lo que habremos conseguido será que un niño haya pescado su primer pez y al tenerlo en sus manos, será algo tan fantástico que no lo olvidará nunca.
La sensación de haber sido él quien lo haya pescado, le hará sentirse protagonista de aquella aventura y querrá repetir, por lo que le diremos que debe devolver el pez al agua. Algo que puede ser que no entienda, y quiera llevárselo a casa para enseñarlo. Será momento de explicarle que tomaremos una foto y que lo enseñará desde la cámara a sus familiares y amigos, pero que el pez seguirá viviendo y podrá pescarlo otro día, esto le convencerá en la mayoría de los casos. El niño lo entenderá y después de soltarlo querrá volver a por más.
Pescaremos algunos más, pero no debemos transmitirles que es fácil, pues corremos el riesgo de que se ???harten??? por la facilidad, es en este momento cuando nos viene de perlas el dicho de ???lo bueno, si breve, dos veces bueno???.
La pesca es algo que engancha a cualquiera cuando captura uno mismo un pez y lo demás viene por sí solo.
Además, la pesca en general de fácil no tiene nada y cuando ya estamos enganchados a este deporte y con el paso de los años queremos obtener resultados, deberemos estar preparados para afrontar jornadas que a veces son de verdadera dificultad para conseguir capturas.
El cacho es un pez que en febrero y marzo remonta los ríos y es relativamente fácil de encontrar y pescarlo. Por eso mismo resulta idóneo a la hora de que un pescador novel practique con él.
Si conseguimos enganchar a algún niño o amigo a este deporte, creo que habrá merecido la pena.
Ah! y que no se me olvide, si usted ya tiene una cierta edad y ha enseñado a pescar a los hijos, aún le queda lo más importante, que es enseñar a los nietos. Sin duda, el Cacho le ayudará a conseguirlo.
¡Buena Pesca!