Nuevos proyectos de investigación asoman en el horizonte inmediato de Artemisan
La Fundación prevé acometer en los próximos años numerosas iniciativas y continuar con las que ya se están desarrollando, tal como se expuso en la asamblea anual celebrada el pasado viernes
J. Zengotitabengoa
Desde que hace tres años fuese creada la Fundación Artemisan, la promoción de la gestión y la conservación de especies de fauna y flora, las investigaciones relacionadas con estas áreas y sobre todo en relación con el aprovechamiento sostenible de especies cinegéticas han sido los ejes principales de sus actividades, aunque también han incidido en la comunicación y la defensa jurídica de los sectores que agrupa.
La realización de diferentes estudios proyectos e investigaciones seguirá siendo uno de los pilares de esta entidad que pretende abordar la entidad en su futuro inmediato, tal y como se dio a conocer en la Gala-Asamblea anual que, por primera vez y debido al estado de alerta provocado por el Covid-19, se desarrolló de manera telemática el pasado viernes, 8 de mayo. En la cita también se hizo balance de las actividades desarrolladas a lo largo de 2019.
Entre los ambiciosos planes que pretende acometer Artemisan en los próximos meses se incluye el proyecto de monitorización de aves cinegéticas en la Comunidad de Madrid, cuya realización pretende responder a la denuncia de la orden de vedas. Con ese estudio “queremos saber con exactitud cuál es el estado de las poblaciones con el objetivo de que las órdenes de veda estén basadas en criterios científicos”, según señala Luis Fernando Villanueva, director general de la Fundación Artemisan.
En la misma dirección se lleva a cabo el Plan de Caza Adaptativa de la tórtola común que están acometiendo seis organizaciones científicas en España, Francia, Inglaterra o Bélgica a través de una encomienda de gestión de la Comisión Europea. Su finalidad es la de conocer con exactitud la situación real de esta especie “con el objetivo de que la Comisión tome decisiones que estén acorde a datos reales y actualizados”, apunta Villanueva.
La incidencia que la tuberculosis tiene principalmente en especies como el jabalí y el ciervo, son el objeto de estudio en el que se centra el Grupo Operativo Supraautonómico Tuberculosis (GOSTU) que agrupa a siete organizaciones bajo la coordinación de Artemisan. Su finalidad no radica en la investigación como tal, sino “en proyectos de implementación de propuestas innovadoras dirigidas a la mejora de los índices de prevalencia de tuberculosis, aplicando medidas de excepción tanto en fincas de caza como en fincas ganaderas”.
Gatos asilvestrados
Un proyecto europeo liderado por el Reino Unido y que se llevará a cabo en otros cuatro países, incidirá en el desarrollo de prácticas agrícolas innovadoras, que en el caso del Estado español se desarrollará en un coto de Andalucía. El plan pretende demostrar a la Comisión Europea que “unas buenas prácticas agrarias redundan en una mejora de las especies cinegéticas y principalmente de las esteparias”.
Una singular iniciativa en torno a los gatos asilvestrados que incidirá en Castilla-La Mancha completa el programa de planes en los que Artemisan centrará parte de sus esfuerzos durante los próximos meses. En este caso se pretende “demostrar ante todo el mundo con datos fehacientes el enorme perjuicio que este tipo de animales realizan en el medio natural, sobre todo entre las aves, que en Estados Unidos ha propiciado incluso la desaparición de alguna especie protegida”, explica Villanueva.
El estudio pretende avalar con datos concretos la presencia de miles y miles de gatos asilvestrados en el entorno del medio rural donde se comporta con un depredador más, así como determinar su distribución territorial y la realización de necropsias con la finalidad de estudiar su dieta.
Cuatro censos diferentes
Uno de los proyectos más relevantes en los que está inmersa en estos momentos Artemisan es el Observatorio Cinegético, cuya finalidad es la de determinar el estado concreto y las tendencias poblaciones de todas las especies cinegéticas, valiéndose de una red de casi 250 colaboradores.
Las aportaciones que permitirán “conocer en primer lugar con datos determinantes qué está pasando con nuestras especies cinegéticas y, a continuación, realizar una defensa de las órdenes de vedas ante sentencias como la que prohibía la caza en Castilla y León”, quedarán plasmadas en cuatro censos diferentes.
Uno de ellos se realiza en primavera e incide en aves, mientras que otro se realiza en esa misma época, pero de noche, y analizará las poblaciones de jabalís, conejos, liebres y zorros. El tercer censo se desarrollará durante los meses de mayo, junio y principios de julio y se centrará en las especies migratorias, mientras que el que completará los censos del Observatorio tendrá como eje las especies de caza mayor y se hará en otoño.
En la asamblea también se informó de otras actividades que se están llevando a cabo y cuyos resultados se verán a medio o largo plazo. Entre ellos Villanueva destaca “el de recuperación del urogallo que están realizando los cazadores de Bielsa en colaboración con Artemisan, que demuestra la implicación y la sensibilidad” existente en materia de conservación.
Otros planes han permitido analizar más de 800 alas y realizar más de 200 jornadas de censo de agachadiza y gallineta en el Delta del Ebro, cuyos resultados ayudarán a planificar mejor la caza de estas especies, mientras que la monitorización y análisis de los censos elaborados en Fuerteventura, ha supuesto que cazadores y Cabildo hayan recorrido más de 300 kilómetros.
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