Este mes en EL LADO OSCURO nos hacemos una pregunta: ¿por qué sigue funcionando el negocio de las granjas de perdiz y por qué este negocio se está extendiendo a otras especies cinegéticas? La respuesta, seguro, que un mes más, no le va a gustar ni un pelo.
Durante los últimos veinte años (quizás más), federaciones de caza, consejerías de medio ambiente, cazadores altruistas y perdonadme si me olvido de alguien más, han dedicado mucho tiempo y dinero al estudio de las especies cinegéticas ibéricas y en especial, al de su denominada reina, la perdiz roja.
Gracias a ese esfuerzo, hoy, más que nunca, somos poseedores de miles de folios de información y conocimiento sobre estas especies y sobre su hábitat.
Para abordar el problema del acentuado declive que en la últimas décadas están sufriendo las poblaciones de perdiz (y alguna otra especie) eran necesarios e imprescindibles, como un primer paso, realizar dichos estudios, para, en un segundo paso, analizarlos y finalmente, en un tercer y último esfuerzo (quizás el más duro y complejo de todos) tomar las decisiones y ejecutar las acciones necesarias que pongan fin a los peligros que amenazan a las especies cinegéticas, consiguiendo recuperarlas de forma que se garantice la continuidad de una actividad tradicional como la caza, pero sobre todo, la continuidad de las propias especies de caza.
El plan era muy bueno y los tres pasos necesarios para llevarlo a cabo; información, análisis y ejecución, los teníamos claros.
Y mientras dedicábamos esfuerzos a la recopilación de información, a veces incluso realizando el mismo estudio una y otra vez por diferentes agentes enfrascados en envidias y oscuras parcelas de poder o protagonismo mesiánico, mientras escribíamos miles de palabras con las conclusiones obtenidas y pregonábamos al viento lo que cada uno pensaba que debía hacerse, mientras tanto, el tiempo pasaba y las especies cinegéticas como la perdiz, iban cayendo en picado rápidamente esperando que de verdad, los cazadores y sus asociaciones (por qué de los ecologistas está demostrado que poco o nada se puede esperar) se pusieran de acuerdo e hiciesen algo de una vez por todas.
Hoy en día, treinta y pico años después de aquellos primeros estudios, seguimos con la burra a brincos. Hemos descubierto que nos encanta hacer estudios, cuantos más mejor. Nos encanta discrepar, demostrar que ese personaje no tiene ni idea, pegarnos entre nosotros, jugar a ver quién es más listo o popular, incluso a ver a quien le ponen más estrellas en sus artículos de opinión en Desveda. Y como consecuencia de ello, el gato sigue sin cascabel.
¡Y aquí seguimos! Anclados en la segunda base; análisis de datos y conclusiones. Y como pescadilla que se muerde la cola, empeñados en seguir recopilando información y seguir discutiendo sobre el sexo de los ángeles, sin pasar a la tercera base: la toma de decisiones y la realización de acciones que pongan solución al problema de la escasez de caza, de una vez por todas.
Y es que, después de tantos estudios brillantes, y tantas disertaciones, lo que personalmente concluyo es que nadie sabe realmente qué hacer para solucionar la escasez de caza y levantar las poblaciones de especies como la perdiz, la liebre o la codorniz o, ya no hablemos, para prevenir un posible colapso en el futuro por sobrepresión en otras especies como la becada.
Y afirmo lo anterior, por un simple hecho de lógica simple. Si alguien de verdad supiera qué hacer, ¡ya lo hubiera hecho! y hubiésemos recuperado las poblaciones de perdiz y del resto de especies. Como consecuencia de esa recuperación, yo no estaría escribiendo esto, ni usted leyéndolo, probablemente estaríamos cazando, disfrutando de ellas. Así que es triste que después de treinta años y cientos de estudios sigamos en el mismo nivel de ignorancia.
Si me equivoco, si realmente alguien sabe qué hacer, entonces la cosa pinta peor aún de lo que pienso. Porque si sabemos qué hacer y aún no se ha hecho nada es que realmente no interesa hacer absolutamente nada, no interesa por tanto recuperar las especies de caza porque alguien ha echado cuentas de lo que supondría en términos económicos y en términos de tiempo esta recuperación y simplemente no compensa, no salen las cuentas.
Dice el refrán popular: «Piensa mal y acertarás», y como éste es EL LADO OSCURO DE LA CAZA, donde se pretende plantear un punto de vista diferente al que os quieren hacer ver los diferentes entes implicados en el mundo de la caza, vamos a dar una vuelta de tuerca a ver qué nos sale.
Leyendo alguno (porque todos es imposible) de esos informes, estudios y conclusiones sobre los problemas a los que se enfrentan las especies cinegéticas, parece que hay bastante consenso en que, para recuperarlas, lo primero es recuperar el hábitat, que como muchos atestiguan esta envenenado y degradado.
Pues bien, vamos a hacerlo. Para recuperar este hábitat, alguien con poder y un par de huevos debería dar a los agricultores las directrices para regresar a una agricultura menos agresiva, ecológica y menos mecanizada. La respuesta de los agricultores ante esa propuesta sería obvia: «muy bien, de acuerdo, pero yo ahora gano «x» millones de euros con mis cultivos. Con su planteamiento yo ganaré muchísimo menos, no seré competitivo con el resto de Europa, y además deberé hacer frente a plagas, estar más pendiente del cultivo, dedicar más tiempo y bajar mi nivel adquisitivo así que alguien (el gobierno) deberá compensarme esas pérdidas con subvenciones, dado que cultivar ecológico es muy «fashion», pero la verdad, es que no hay demanda suficiente. Sólo hace falta ir a cualquier supermercado para ver que la sección ecológica ocupa una balda mientras que el resto de productos homónimos no ecológicos ocupan el 99% de la superficie comercial, o, hágalo más sencillo, vaya a su casa o a la de su vecino y cuente cuanto producto ecológico ha comprado.»
Está claro entonces que este primer paso supone un cambio de llamémosle «agricultura moderna» a una agricultura protegida y subvencionada por el estado. Pensará cualquier gobernante que eso son muchos millones de gasto, que por cierto no tenemos, y que los cazadores y sus representantes nos piden que destinemos a la recuperación de un pájaro de pico rojo y otras especies.
No obstante, voy a ser buena persona. En el hipotético caso de que consigamos este milagro, para descontaminar el campo y recuperar lindes, deberíamos esperar al menos cinco años de continuo cultivo ecológico y a partir de ahí empezaríamos con el trabajo de recuperar las especies cinegéticas emblemáticas como la perdiz. Por descontado que mientras dure este tiempo, se prohíbe la caza pues recuerde que el objetivo es recuperar las poblaciones con las pocas existentes para llegar a niveles de hace treinta años que permitan un aprovechamiento cinegético responsable. No sería de recibo que los agricultores cambien y los cazadores siguiésemos igual, ¿no cree?.
Así qué tras unos cinco o diez años de trabajo real, podremos salir de nuevo a cazar con ilusión y todas las garantías. Ahora bien, llega la madre del cordero; ¿Cuantos cazadores quedarían después de cinco años sin cazar? Poquitos, muy poquitos. Tan pocos que el esfuerzo invertido en recuperar la caza no compensaría los posibles beneficios a obtener, porqué, no nos engañemos, al final el cazador, en su tarjeta de caza de temporada o en su licencia de caza va a tener que pagar con intereses todo el dinero invertido (subvenciones a agricultores, consultoras, expertos, gabinetes de análisis, guarderías…) por lo que olvídese de tarjetas de caza a mil euros y bienvenido a las tarjetas de caza millonarias.
Si es escéptico y no cree que usted, cazador, acabará pagando ese dinero, piense que pasa cuando por ejemplo el gobierno «regala» dinero a los bancos, al final usted acaba pagando ese regalo en sus impuestos o con el IVA, o cuando las eléctricas no tienen los beneficios esperados y entonces, le suben a usted el recibo. Y así cientos de ejemplos que demuestran que el ciudadano paga con creces las inversiones, gastos, y errores de las decisiones de los gobernantes.
Por lo tanto, el trabajo para recuperar la perdiz roja y otras especies es en realidad una obra faraónica, que, una vez terminado, ni tendrá la demanda esperada, ni conseguirá recuperar la inversión realizada, pero lo peor de todo es que es una tarea de gran incertidumbre y sin garantía de éxito. Así que, aquellos que tienen la pasta y el poder de ejecución, antes de meterse en este berenjenal, es obvio que se pregunten si hay alguna opción más sencilla y sobre todo más económica que permita mantener el tinglado de la caza durante muchos años más, aunque sea a costa de perder la fauna emblemática. Desafortunadamente (y me repito: desafortunadamente) si, la hay.
Calcular el coste económico de producir una sola perdiz roja salvaje tomando las acciones anteriores, me confieso, honestamente, incapaz de calcularlo y no creo que haya nadie que se atreva a dar una cifra porque hablamos en términos económicos con los que no estamos familiarizados, asi que sólo podemos especular con lo que costaría pero muy probablemente sería una cifra de varios ceros (¿cinco, seis , tal vez siete?.
Sin embargo, (y en esto sí que tenemos cifras) producir una perdiz de granja, de calidad, se consigue con cinco sencillos euros. La diferencia económica es abismal, con la ventaja de cara al gobernante que creamos un nuevo modelo de negocio, la granja cinegética, que aportara empleo, riqueza, y sobre todo, cobro de impuestos.
Además, el apostar por esta alternativa más barata ofrece más ventajas claras que compensarían a las desventajas de ponerse a estas alturas a recuperar la perdiz salvaje. En la siguiente tabla explico de forma resumida algunas (todas sería muy largo) de esas diferencias.
¿RECUPERAMOS LO SALVAJE…? | ¿… O SOLUCIONAMOS CON GRANJA? |
Incertidumbre económica ante el coste de la recuperación. | No hay recuperación, luego no hay coste económico |
Subvenciones económicas a la agricultura. Por lo tanto, pérdida de dinero en la administración. | No hay subvenciones. No hay pérdida económica. |
Parón en la actividad cinegética de cinco a diez años con las consiguientes quejas, pérdidas económicas, votos… | No es necesario parar la actividad cinegética |
Cambiar toda la agricultura a un modelo sostenible y ecológico. | No es necesario cambio alguno. |
Impopular control de predadores, muchos de ellos especies protegidas. | No es necesario un control de predadores. Es más, la presencia de más caza en el campo supone más alimento y por tanto su recuperación. |
Alto precio de los cotos para recuperar el dinero invertido | Precio más contenidos, por lo tanto posibilidad de llegar a un mayor público. |
Generar gastos de guardería, control, etc. | Generar riqueza económica y empleo con un modelo de negocio como es la granja cinegética. |
Solución a muy largo plazo | Solución inmediata que ya se está llevando a cabo. |
Poca experiencia en cómo llevarlo a cabo, pues no se ha hecho nunca. Mucha incertidumbre de éxito. | El modelo existe desde hace años en casi toda España y se conocen sus pros y sus contras. Estos últimos pueden mejorarse de forma paulatina de manera más sencilla que en el caso de optar por la recuperación de la perdiz salvaje. |
Dicho lo anterior y abierta esta reflexión, me pregunto y si hay alguien que de verdad viva en este mundo capitalista en el que el dinero y el máximo beneficio con el mínimo ingreso es lo que realmente prima, y aun así este convencido de que las cosas vayan a cambiar. Y digo convencido, no esperanzado, que de lo segundo somos muchos.
Se lo voy a explicar de otra manera. Con todo lo «malas» que son las perdices de granja (que si acaban con la perdiz salvaje, que si estropean a los perros…) como atestiguan cientos de estudios… ¿Por qué este modelo de negocio no ha fracasado? ¿Por qué nadie lo ha prohibido si de verdad se pretende proteger la caza salvaje? ¿Por qué los intensivos están llenos? ¿Por qué federaciones y sociedades de cazadores, principales interesados según indican en las especies cinegéticas salvajes celebran concursos de caza sobre especies repobladas? ¿No deberían de ser más éticos y consecuentes? ¿Por qué se extermina al cangrejo señal europeo argumentando que es invasor y en cambio se permiten las repoblaciones de faisán, una especie más exótica que la primera? ¿Por qué en granjas se crían ya perdices, codornices, ánades reales, jabalíes, corzos y venados? Muchas preguntas y una sola respuesta, la granja interesa, y es la solución que ya han tomado por todos nosotros aquellos que tienen el poder de solucionar esto y que han visto en las especies de repoblación una salida rápida, barata y fácil al problema de la decadencia de las especies cinegéticas salvajes.
Entre amigos cazadores alguna vez hemos comentado medio en broma, medio en serio: «el que consiga criar becadas en granja y no lo cuente…, ¡se forra!». La verdad es que no lo veo imposible, la tecnología y el conocimiento existen, sólo es necesario que el dinero a obtener compense la inversión a realizar y produciremos cualquier especie como churros.
Muchos de vosotros certificaréis en la zona de comentarios de este artículo que en cuanto la caza de granja tome totalmente el poder desplazando a la salvaje, dejaréis de cazar. ¡Hombre!, no seáis tan crédulos y despistados. La transición de salvaje a granja, que ya lleva años fraguándose (sino bajaros a la Mancha y me contáis) no va a ser tan brusca como para que lo notéis y descubráis el pastel. Dicho cambio se está ya produciendo lenta y parasitariamente, de manera opaca y hasta ilícita. Cada año os parecerá que se ve más perdiz y que se mata más perdiz en vuestros cotos pero sin parecer exagerado, y dicho encantamiento irá acompasado de palabras de esas que tanto nos gustan oír a los cazadores como: «en este coto estamos haciendo una buena gestión que ya está dando sus frutos poco a poco», » alimentamos todo el año a las perdices y realizamos un exquisito control de predadores, y además los agricultores están muy sensibilizados con el problema» o el tan socorrido, disparatado y fácilmente asimilable: «aquí soltamos pollos en primavera de madres salvajes capturadas en la Mancha que cuando crecen son perdices totalmente salvajes». Esas mentiras y nuestras ganas de cazar, serán suficientes para que un engaño, se convierta en un truco de magia que nos entusiasme, aplaudamos y nos creamos.
Muchos de vosotros os considerareis grandes conocedores de la perdiz salvaje, sabiendo diferenciar perfectamente y de un plumazo, una salvaje de una granja. Como no os conozco a todos, permitidme que dude y os interpele diciendo que no confundáis perdiz de granja con perdiz de intensivo, que es con la que estáis familiarizados (y sobre esto hablaré en otro artículo más adelante). Con todo el respeto y educación os digo que se ha avanzado mucho en la cría de perdiz (una vez más, insisto, hay avances porque interesa y genera riqueza, en la salvaje sigue sin haber avances) y hay excelentes perdices de granja que ni por comportamiento o morfología seríais capaces de diferenciar. Por otro lado, aquellos que hemos tenido la suerte de cazar perdiz salvaje, y que podemos ser más reticentes a la de granja, con el tiempo iremos desapareciendo y generaciones más acostumbradas a realizar ciento cincuenta disparos en una hora en la Playstation jugando al «Cabela´s Dangerous Hunts» querrán vivir su videojuego particular en la vida real, siendo poco exquisitos a la hora de elegir la perdiz por no haber conocido nunca lo que es una perdiz salvaje, máxime cuando se les ofrece una perdiz de granja de gran calidad y en la abundancia y precio que solicitan.
El párrafo anterior me lleva a este último. Seguro que hay alguno (porque siempre hay alguien que insiste en dilapidarme con el mismo cuento de siempre) que no encuentra más argumentos para rebatir esta opinión que entrar en la ya cansina acusación de que con este artículo pretendo vender la caza de granja como solución y futuro. En ese caso, por favor, después de leerse este párrafo, que se relea el artículo de nuevo, más detenidamente. Os certifico que la caza de granja no va a ser el futuro porque a mí se me antoje (que os juro por lo más sagrado que no lo quiero), yo soy una gota o una pequeña piedra en el zapato y mi opinión o deducciones ni van, ni vienen. La granja va a ser el futuro porque usted va a querer seguir cazando hasta el final de sus días, y además a un precio cada vez más económico y, querido amigo, la naturaleza, tristemente, ya no da más de sí.
Acabo. Antes de que se le inflame la vena yugular por lo que ha leído aquí, reflexione un momento. Que no le guste lo que intento demostrarle razonadamente, no le quita valor alguno a la reflexión.
Un mes más gracias por vuestro tiempo empleado en la lectura de mi columna. Recordad que además de en la zona de comentarios podéis contactar conmigo enviando ideas, apoyos, y sugerencias a través del email: el.lado.oscuro.de.la.caza@gmail.com
Hola Jokin: un amigo en Lerma en dos días de caza lleva cuatro, y esta viendo mucha. En Palencia en tres cotos diferentes cero, en Burgos cero, por Zamora también mal. Coinciden en que se ven más que el año pasado pero no las suficientes como para garantizar sus caza o una buena temporada. No son datos suficientes para dar un veredicto. Respecto al email del grupo serbal 36 peticiones para entrar desde que se abrió la caza y las jornadas de puertas abiertas se completaron en menos de 12 horas. Como dato anecdótico… Hemos servido más de 2500 perdices en estas dos semanas a varios cotos… Insisto: que están engañando a la gente y lo peor de todo es que la misma gente se esta dejando engañar…
Mikel, ¿que dicen tus fuentes respecto a la perdiz esta temporada? ¿mejor o peor que la anterior?
Siento bochorno al leer este articulo. No comparto lo que se escribe
No jodas kazari que yo soy de los buenos. Precisamente intentaba reprocharle a Artea las tonterias que dice. igual no me he explicado, donde decia plantear igual deberia de poner cuestionar
perdon ,he puesto para Roberto,mi repuesta es para artea -encina.
hueles a ecologista por todos los lados
Hola Roberto,si estas en contra de la caza ,vete a ecologistas en accion y dejanos en paz,latoso. a dar la tabarra a donde echan el cianuro los del campo.pesao
Roberto aquí acabo, y te digo que lo tu llamas, «tu derecho a cazar», es actualmente consecuencia, a mi entender, de un comportamiento egoista y abusivo -entre otros- por parte de los que lo practican, menospreciando a seres vivos, los cuales merecen y tienen derecho a no ser explotados. Agur.
Artea. ¿que tiene que ver lo que acabas de escribir con tu anterior comentario? miratelo por favor. Yo nunca me voy a plantear el derecho a cazar, porque la caza es necesaria, aparte de un derecho. Extinción biológica… ¿De que vas?
Roberto: Efecto Alloe, se dice en la Biologia de la Conservación, a que cuando el tamaño de una especie desciende de un numero determinado, está sujeto a una serie de riesgos que no se dan cuando hay más individuos, y cuando se produce la extición economica por la escasez de oferta de animales, estas son anteriores a la extinción biologica, y a los pocos supervivientes les quedan escasas posibilidades de recuperación.
Artea. Perdona pero no te entiendo lo que escribes
Hombre Mikel! Solo decirte que todavía Julen te queda muy lejos, no te compares a él pfv. Tu no dejas de ser un cazador, como cualquiera de nosotros que pretende hacernos tragar teorías de barra de bar sin base alguna que no sea tu opinión. El argumento de Julen ha sido completo y argumentado, tu respuesta una mera declaración de intenciones incapaz de argumentar nada. En fin, es lo que hay. Sigues con tu técnica de hablar y hablar sin demostrar nada (COMO LOS POLÍTICOS). La verdad es que no entiendo como Julen Rekondo pierde el tiempo contestándote.
Hola a todos y gracias por vuestras opiniones.julen, que tal? Simplemente aclarar que no hay que confundir Desanimo con evidencia. Repito: yo no he tirado la toalla, la toalla la han tirado otros que tenian la obligacion de no hacerlo. Julen ha aportado varias iniciativas y opiniones.. Insisto, mas ideas, mas deseos y pataletas, si alguna fuese en serio , si alguna interesase, si algyna fuese mas viable que la perdiz repoblsda se hubiese hecho ya hace tiempo. Todas y cada una de ellas no llegan a ser mas que lavados de cara, fotos politicas , iniciativas tardias (otra mas) o un testamento de buenas voluntades. La perdiz roja esta muerta y condenada hace años. Ahora bien, quien no quiera verlo pues que no lo vea y siga en su mundo de color , ilusion y rodeado de libros. Salir al campo, hablar con los cazadores mas viejos, y ver la realidad es descubrir ls verdad . Para ver el futuro, no hay que ser pitoniso, el presente comparado con el pasado te da la tendencia y te permite deducir las consecuencias obvias. Cusndo esa obviedad no se cumple, lo llamamos milagro y eso es lo que estan esperando muchos con respecto a la perdiz. Para nuestros lectores para que no se asusten, decir que Julen y yo discrepamos el 90% de las veces pero nos respetamos y no hay acidez alguna en nuestras opiniones. Simplemente dos puntos de vista, julen desde su extenso conocimiento y marcada trayectoria y el mio con una escopeta, un perro y saliendo al campo (precisamente os escribo desde la mancha donde estoy pasando tres dias de caza)Un abrazo a todos! (Perdonad la escritura,,, desde el movil es un coñszo escribir y ademas hacerlo bien!. Nos vemos!
Para Roberto. Los derechos que los humanos otorgamos a los demás seres vivos justifican su total y plena defensa, por lo que -me pregunto- y pueden rezonar?. pueden hablar?, pueden sufrir?, entonces tienen derecho a no padecer de un modo extra, por encima de los sufrimientos que inevitablemente toda supervivenvia comporta ya de por sí,
Hola Mikel. Yo no juego a adivino, y por tanto no sé cuál va a ser el futuro. Pero mientras tanto pienso que hay que luchar por salvar a la perdiz roja silvestre. De lo contrario, tu postura nos lleva a cruzarnos de brazos y no actuar. Estoy de acuerdo cuando dices que la situación de la perdiz es mala, pero y aunque no trato de comparar, también lo es la situación del planeta Tierra con el cambio climático, pero debemos de luchar por la propia supervivencia del planeta. Para tratar de salvar a la perdiz roja silvestre tenemos múltiples iniciativas, desde S.O.S Salvemos La Perdiz Roja -a la precisamente citabas en un artículo tuyo como una iniciativa a apoyar- hasta la ONC que ha solicitado, dentro del marco de la nueva PAC 2014-2020, que un 30% de la ayuda esté sujeta al efecto ???greening???, o enverdecimiento, y al Ministerio de Agricultura la inclusión de una serie de medidas de obligado cumplimiento para que los agricultores empleen unos usos mucho menos agresivos con el medio ambiente y, especialmente, con la perdiz roja silvestre. Por otra parte, en el Estado Español, más de 50 años de experiencia han dejado muy claro que las perdices de granja sirven para la caza comercial, pero que dañan la población silvestre. No todas las actuaciones de gestión de la naturaleza son éticas, muchas le causan importantes perjuicios. Tenemos la obligación de poner y cumplir normas para evitar que las actuaciones que sólo consideran el beneficio económico provoquen graves impactos ecológicos. El Estado Español o España, como cada cual quiera expresarse puede y debe ser líder mundial en la producción de perdiz roja silvestre y de granja. De ello depende que se mejore el sector de la caza comercial -no digo que no se esté haciendo- con el de la caza social, los ecosistemas peninsulares y sus pobladores, incluyendo la dignidad de los habitantes del medio rural. Cuidar las poblaciones de perdiz roja silvestre exige gestionar racional y acertadamente la tierra, el agua, los sistemas agrarios, ganaderos, silvícolas, rurales y las periferias urbanas e industriales. El nivel de actividad de caza natural sobre perdices silvestres es un excelente indicador de nuestra calidad de vida, de cómo cuidamos esta tierra y de las condiciones y de las condiciones en que la dejaremos a las futuras generaciones. ¿Utópico? Sí y no. Lo veremos, pero sin arrojar la toalla antes de tiempo. Un abrazo.
La caza tiende a ir a el tipo de vida que viovimos,todo tiene que ser ya y con buenos resultados,y como queremos tener caza y de la de vardad hay que trabajar mucho y sacrificarse mas,tendemos a la de granja,que da satisfacciones a muchos cazadores que ya se van dando por vencidos y prefieren eso que nada.Entiendo que no hay paciencia para trabajar en la recuperacion de la perdiz,y aunque lenta pero que se puede consegui.Ejemplos como la asociacion de APEGA,con su lema «perdices de goma ,no gracias » que trabajan y consiguen con sacrificio tener perdiz de verdad en su cazadero es el espejo donde hay que mirarse,y no tneder a lo facil,y con resultado rapido,esta es nuestra sociedad,reflejada en la caza.
Como cazador, no me considero en absoluto el depredador que nombra Artea. Tampoco creo que haya que ir marcha atrás. La caza no es culpable de ningún deterioro de nada. Es mas, si con cazáramos especies como el jabalí y el corzo sus poblaciones pasarían a ser un serio problema para la sociedad (si no lo son ya). Creo que Mikel zarobe y Artea deben de hablar con mas propiedad.
Mikel, tu lógica es aplastante, pues a mi entender lo que impulsa el progreso es el egoismo que se encuentra en la especie humana. Arrollamos todo lo que se encuentra a nuestro alcance, menospreciando hipocritamente las consecuencias. ¿Que importancia tiene la flora y la fauna?. Carecemos de «marcha atras».
Creo que en articulo se confunden percepciones de una situación, con el futuro, que como todos sabemos es difícil de predecir. Me niego a creer que el futuro es de granja, aunque soy consciente que la caza de granja ayuda a amortiguar la presión que la caza ejerce sobre determinadas especies. Hablar en términos absolutos no es bueno y creo que la critica constructiva hacia la falta de base científica de las afirmaciones de Mikel Zarobe esta justificada. Yo prefiero hablar de la recuperación de la perdiz roja, involucrando a los agricultores en el fomento a una agricultura no dañina con especies cinegeticas.
tengo 57 años y experiencia en la caza y desgraciadamente te tengo que dar la razón un saludo