Las setas comienzan a escasear en Euskadi, y los micólogos han dado la voz de alarma en los últimos tiempos. El colectivo está preocupado por la importante reducción de algunas variedades en los últimos años. Además, cada día son más las personas que salen sin ningún control ni conocimiento al campo en busca de estos manjares.
Las causas para explicar este proceso son múltiples. Pero, sin duda, una de las más destacadas es la creciente masificación de los montes durante la temporada de recogida por parte de los aficionados. Un fenómeno que gana adeptos cada día y que, en algunos casos, provoca que no se respeten algunas variedades de setas. El cambio climático, la sequía, las entresacas de madera, el vertido de purines y nitratos a los campos, son otras de las causas que explican esta alarmante reducción. “Hace varias temporadas era habitual encontrar en determinadas zonas hasta 150 ejemplares diferentes. Hoy en día eso es imposible”, señalan algunos expertos.
Las batidas a rastrillo o la recogida de ejemplares cada vez más pequeños impiden que los ejemplares puedan soltar sus esporas. Esto acarrea consecuencias “desastrosas”, ya que impide que se complete el ciclo vital de la reproducción. Ante esta situación algunas sociedades micológicas ya han tomado medidas y aconsejado a sus socios una recogida más selectiva.
En algunas comunidades autónomas sí existe regulación al respecto. Es el caso, por ejemplo, de la vecina Navarra, como Aragón, Castilla y León, Comunidad Valenciana, etc. En el caso de Navarra, su legislación permite la posibilidad de que los municipios o sus valles puedan acotar sus montes. En el caso de Euskadi, las regulaciones o limitaciones en la recogida de setas se han ido retrasando. Fue la Diputación Foral de Álava quien aprobó el primer decreto de la Comunidad Autónoma, que publicado en el Boletín Oficial el 22 de octubre de 2008, restringió la recogida de hongos, setas y frutos silvestres a dos kilogramos por persona y día como máximo.
Ahora, en Gipuzkoa, la Diputación Foral ha decidido regular esta actividad, y se prevé que el decreto será efectivo para la próxima primavera de 2011. Con este decreto se quiere evitar la sensación de que en esta actividad se puede coger lo que se quiera, y fija en 5 kilogramos la cantidad que puede recolectar una persona al día. La medida afectará a los parques naturales de Aizkorri, Aiako Harria, Pagoera y Aralar. En lo que respecta a Bizkaia, no existe regulación alguna por el momento.
Estaba cantado. Era cuestión de tiempo. Navarra lleva años haciéndolo. Ahora y después de Álava, llega a Gipuzkoa, y no tardará a que ocurra en Bizkaia. Tanto en Álava como en Gipuzkoa no se ha optado por establecer cotos donde se cobre un canon económico por utilizar el monte, como ya existen en Navarra (en el caso de Ultzama este año son 5 euros por día) o en el Condado de Treviño, y han decidido limitar sólo la cantidad a recoger. Y es que carecer de una normativa de una u otras características, es hipotecar nuestros montes al buen hacer de excursionistas “profesionales” y domingueros ocasionales. Demasiado riesgo.
La recogida indiscriminada de setas es una práctica habitual en los bosques, lo que provoca un reguero de devastación del medio natural. Muchas veces hemos oído que “hay gente que hace auténticas barbaridades”. Es verdad, que siempre queda un regusto amargo cuando se tiene la sensación de que se intenta poner puertas, o cerrojos o cotos al campo, pero la situación se había vuelto insostenible. Muchos aficionados han convertido lo que debía ser un pasatiempo en negocio, a lo que se han sumado avances como el GPS. En los últimos tiempos, cualquiera que frecuente los montes hemos podido ver a cuadrillas peinando zonas enteras y esquilmándolas de setas. Por no hablar de los “profesionales” que se desplazan desde Cataluña, y con los que me he topado en más de una ocasión, donde la actividad curiosamente está perfectamente regulada y limitada.
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El monte esta lleno de personas cogiendo setas. Hay mucha gente con tiempo libre. Me parece una buena decision la regulacion.
Pues no veas la de rumanos con bolsas que se ven por ahi. De todas formas me quedo con el mensaje que el autor pretende transmitir. Agradezco mucho un punto de vista conservacionista no cazador en este periodico.Como dicen en la iglesia «es justo y necesario»
¿LOCURA ir a por setas con bolsa de plástico? ¿Cuántas esporas crees que caen de una cesta? Mucho más importante es coger las setas cuando ya tienen un tamaño mínimo y no los auténticos garbanzos que recogen algunos. Hay que hablar con un mínimo de información. Como lo de que hay que cortar las setas en vez de arrancarlas. ESO sí es una locura. No solo te arriesgas enormemente a no poder identificar correctamente las setas, sino que las últimas investigaciones apuntan a que es absolutamente perjudicial para el micelio. Hay que ser cautos con este tema, que no está nada claro. Estoy a favor de las medidas adoptadas en Guipuzcoa, aunque lo de la talla mínima queda poco subjetivo y no aplicable a todas las especies. Si se quieren parar los abusos, yo veo una clara solución: PROHIBICI??N DE LA VENTA SE SETAS SILVESTRES (y fomentar el cultivo)
Totalmente de acuerdo contigo Julen. Soy baserritarra y de vez en cuando salgo a dar una vuelta por los alrededores del caserío y no te puedes imaginar la cara de seta que se me queda al ver a muchos desaprensivos arrasar con el bosque. El otro día llamé la atención de uno que iba ¡con una bolsa de plástico recogiendo setas y hongos! Una locura. Lo normal es llevar una cesta para que así puedan ir esparciéndose las esporas y no una bolsa de plástico. Lo peor de todo es que el tío encima me respondió de muy malos modos… Hay que educar a muchos y muchas en el respeto al medio natural. Un saludo y mis felicitaciones por el artículo y por la web.