Algunos cazadores llevamos muchos años denunciando a quienes se esconden en la oscuridad para matar lo que no pueden conseguir con el perro por delante. No por despreciados dejan de actuar los escopeteros que asesinan becadas en las esperas. Un año más Adecap y el CCB denuncian esta práctica ilegal y antideportiva. Animan a los cazadores incluso a denunciar a quienes la practican de una forma anónima en los teléfonos que indican en una cuartilla que han publicado para tal efecto. ¿Pero, sirve verdaderamente para algo?
Después llega el debate de siempre, que si las masacres incontroladas de becadas en Lituania, que si no se respetan los cupos. Siempre estamos quejándonos. Siempre tiene la culpa el vecino y cada uno nos creemos los mejores cazadores. ¡Viva lo políticamente correcto! Me sonrojo con la actitud de muchos cazadores que se dedican a bombardear palomas que les sueltan de un carro, con el único fin de darle gusto al gatillo. Pero muchos cazadores somos así. “Perro es de uno y mujer la del vecino”, se dice… Hoy nos toca escuchar críticas a los cazadores. No entiendo a los que se dedican a robar palomas a los del puesto de al lado y son capaces de llegar a las manos. Me enoja pensar que un señorito con mucho dinero pueda matar cien perdices de granja en un ojeo, mientras nadie se preocupa de recuperar la perdiz roja de verdad. ¿Por qué algunos no respetan los cupos de becadas y perdices? ¿Por qué ese ansia de salir en la foto, demostrando no sé qué?
Lo único que se me ocurre como respuesta, es que el cazador de verdad, calla. Mientras otros no hacemos más que hablar. Espero que este artículo de opinión sirva para algo positivo y nos haga reflexionar a todos. Yo pienso hacerlo.