Friso
Friso
Friso
Friso

??ltimas pinceladas a esta temporada.

Ya se huele a final, la temporada se nos
va acabando y esto hace que la
melancolía inunde mi cuerpo. Echare
de menos esos madrugones inóspitos,
esos nervios que me impiden dormir cuando al
día siguiente hay montería,
esas ladras de las rehalas produciendo una
preciosa melodía al son de las voces de
sus dueños y de esos que hacen que la
montería sea posible; echaré
de menos los almuerzos monteros cargados de
risas y de alguna mentirijilla piadosa entre
monteros, echaré de menos los piques
y los apretones de manos al llegar a la junta,
echaré de menos las sonrisas de los
compañeros al ver que hemos
compartido otro día más, otra
nueva jornada juntos…

Aún nos queda un cartucho que
gastar, y durante 15 días intento
convencer y movilizar a mi grupo de cazadores
murcianos para que el día 15 de
Febrero, el último día de
montería en Murcia, me
acompañen a montear en una finca que
pinta bastante bien y que por lo que me han
dicho, dará buenos resultados. 

Pasan los días, las bromas van
aumentando segundo a segundo, los planes de
quien matará el más gordo o
de quien tirará una caja de balas y no
le dará ni a España,
están presentes desde que abrimos los
ojos cada día. 

9 puestos reservados y miles de ilusiones
y sueños en nuestras mentes,
¿Qué pasará?
¿Quién matará?… Lo
único que tenemos claro es que risas
no van a faltar, que el ambiente va a ser el
mejor y el que más me gusta, que
yendo con ellos, lo demás no importa!

Por fin es Sábado 14,
mañana es el gran día,
esperemos que el tiempo nos
acompañe, que los resultados sean los
esperados y que despidamos la temporada
como este grupo se merece. Largas charlas y
risas hasta tarde, pues es imposible pegar ojo
sabiendo que mañana vamos al campo,
nos puede la emoción, nos puede el
saber que mañana nos colgaremos el
rifle esperando con los cinco sentidos alerta,
que alguna pieza cumpla hasta nuestra
postura.

Ahí están, ahí
están ellos, mis pilares y mi
motivación, ahí están
esos monteros que hacen que la caza sea algo
precioso y la causa de una gran amistad,
¡ahí están mis
murcianos!…

Como manda la tradición, una vez
apuntados en mesa, procedemos a cargar las
pilas para aguantar la mañana, ha
llegado el momento del almuerzo. Cada uno
saca lo que lleva y todos esperamos el plato
fuerte: El vino de nuestro Chache!! Sin parar
de reir y con las barrigas preparadas, se
procede al sorteo. Piden voluntarios para el
cierre del alto, a lo que yo no tardo en
levantar la mano para ofrecerme y a esto me
siguen mis compañeros, nosotros nos
ocuparemos de ese cierre, seguro que no se
nos escapa nada. El puesto 2 de ese cierre es
el mio, me dice la orgánica que he
tenido mucha suerte, pero hasta que no
termine la cacería, yo no
afirmaré esto. La suerte está
echada y nos disponemos a colocarnos en
nuestras posturas.

20 minutos llevo puesta y comienzo a
oír ruido en el barrando, el puesto es
alucinante y creo que alguna pieza va a
brindarme la alegría de este
día. Aviso a mi padre y él me
hace señas,¡lo ha visto!… Veo un
jabalí entre la maleza y espero a que
cumpla, aprieto mi gatillo y no se que
habrá pasado, no veo bien la zona.
Acto seguido dispara mi compañero y
puesto de al lado, al mirar, dos
jabalíes bajan con algo de prisa
hacía mi puesto, los dejo cumplir y
cuando los tengo a tiro, aprieto de nuevo el
gatillo enganchando a uno de ellos de las patas
traseras, lo sigo en su carrera y aprieto de
nuevo, viéndolo caer y
sintiéndome orgullosa de mi misma. Mi
padre me abraza y me da la enhorabuena por
ese lance tan precioso y por haber actuado
como una montera de verdad, pero es que
teniendo ese maestro es fácil aprender
así.

La mañana pasa con calma, tiros
por allí, tiros por allá, pero
ninguno más decide dirigirse a mi
zona. Al entrar los perros al barrando que yo
controlaba, comienzan a ladrar, pensando
nosotros que sería el primer
jabalí al que disparé que
estaría lisiado. Con la confianza puesta
en ese pensamiento, bajamos la guardia, a lo
que este sale corriendo entre la maleza para
saltar al otro lado, le tiro una vez, pues
está cerca del viso y no puedo seguir
alzando fuego, el puesto de al lado le tira
también y, por lo que podemos
comprobar, debe ser macho, porque
ahí no se ha quedado.

Se acaba la jornada, recogemos las armas
y nos dirigimos a la junta de carnes y comida.
Caras de felicidad al ver que había
matado, alabanzas y enhorabuena por todos
sitios, miles de sensaciones por un solo
motivo… SER CAZADORA Y SEGUIR LOS
PASOS DE ESE GRAN MAESTRO!

Define su pasión por la caza con la siguiente frase: "La caza no es mi afición, es mi estilo de vida"

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Define su pasión por la caza con la siguiente frase: "La caza no es mi afición, es mi estilo de vida"

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