Avalancha de anchoas en las playas del cantábrico
Este pasado fin de semana se ha producido un extraordinario suceso en algunas playas y rías de nuestras costas, sobre todo que yo tenga conocimiento en la zona de Guipúzcoa y Cantabria. Oriñón y Orio son algunas de las que han recibido esta inusual marea de plateados pececillos, anchoa joven y sardinilla, quedando miles y miles de ellos varados en la arena a merced de las olas o refugiados en los charcos de la marea durante la bajamar.
Desde luego no deja de dar pena ver como estos peces mueren en la arena, aunque hubo más de uno que llenó cubos para llevar para casa, por cierto, si no tienes licencia de pesca no lo podrías hacer.
La buena noticia es la gran biomasa de estos peces que parece que tenemos en nuestras aguas, este punto ya lo hemos podido constatar durante todo el mes de octubre en nuestras salidas de pesca. Hemos podido localizar grandes manchas de anchoílla apenas a un par de millas de la costa, lo que ha atraído a abundantes bancos de melvas, serrutxos, listados y makareles, lo que nos ha permitido pasar algunos buenos ratos con estos combativos peces pelágicos.
Si bien inusual no es algo excepcional. La aparición de anchoa o sardina joven en las playas o calas se produce de manera periódica en el otoño, si bien no siempre es tan abundante como esta vez. Coincide con un momento estacional en la que la cantidad de jóvenes de estas dos especies es mayor. Muchas veces se refugian en el interior de los puertos y rías atrayendo con ellas a numerosos peces carnívoros, lubinas, chicharros, verdeles, makareles, serrutxos etc.
Esta vez ha coincidido con una alta presencia de bancos de predadores, que han empujado contra la costa a los bandos de pececillos, sumado al efecto de las mareas vivas han penetrado demasiado en la costa, y ante el rápido descenso del agua y la presencia a escasos metros de la playa de sus hambrientos cazadores no han sido capaces de retornar a mar abierto. Esto a veces también les pasa a algunos predadores. He tenido noticias de un marlín blanco ( un tipo de pez espada) que quedó en seco en la zona de los acantilados de Deba probablemente en una incursión demasiado arriesgada contra los bandos de pescaditos.
La noticia enseguida corrió como la pólvora y enseguida llegaron numerosos aficionados a la pesca, la mayoría chavalería, que lanzando sus cañas desde la playa a pocos metros de la orilla han podido disfrutar haciendo buenas pescatas de makareles, la ocasión quizá no se repita.
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