Quienes estamos escribiendo sobre el Proyecto Semillas, recibimos de forma más o menos velada llamadas de atención invitándonos a callar tal y como lo están haciendo los principales entes interesados en que no desaparezca la perdiz autóctona. Callan hasta los motores del proyecto que determinó que hay tres componentes con los que se tratan las semillas que matan a las perdices.
Son prácticas mafiosas que sólo pueden ocurrir en un país, como éste, con un tremendo déficit democrático. Yo ya he apurado esas hieles en otros campos vitales y los buenos sólo ganaban en aquellas películas de vaqueros de Sergio Leone con música de Ennio Morricone. Para hacer mal, sirve cualquiera; pero para hacer bien, hace falta categoría. Callan los que tienen que hablar porque tienen delante a las multinacionales de la química agraria que son muy poderosas y faltas de escrúpulos. Pero hasta los agricultores, por su parte, están buscando otras soluciones dada la peligrosidad del simple almacenamiento y la aplicación de productos tan letales.
A los venenos criminales, se une una variedad de cultivos que van desde el opio (SÍ, OPIO) sin vigilancia de ninguna clase, a esos amarillos sembrados de una colza de tan triste memoria. No me extraña que las abejas se vuelvan locas. Y las que no se mueren por los venenos agrícolas, terminen muriéndose por la desorientación estacional que las producen unos cultivos nada convencionales.
Todo ello aderezado con un cambio climático que ya nadie discute. Y encima va el ministerio de la cosa e insulta a los apicultores. Las abejas, además de producir miel y sus derivados, son imprescindibles para la polinización. Pobres abejas, el campo está envenenado y el monte cerrado como consecuencia de la ausencia de praderas de montaña debido a la desaparición de la ganadería no estabulada (ganadería extensiva), en parte, como consecuencia del lobo.
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Muchas gracias, ZORION, pero la verdad es que me encuentro muy solo defendiendo unas verdades incuestionables ante las cuales todos, cazadores y no cazadores, miran para otro lado, pues saben que detrás están las administraciones y las multinacionales.
UN SALUDO
Muy buen articulo señor Romero. Me llama la atencion que los grupos ecologistas miren para otro lado y no protesten como acostumbran ante semejante problema. Sobre los agricultores creo que les faltan escrupulos.